Obesidad en niños y jóvenes: Un problema gordo

Chimbote en Línea (Salud).- Es ampliamente conocido que la obesidad en la infancia y la adolescencia ha aumentado en los últimos años. Se ha reportado un incremento de obesidad del 12% al 18% de niños y adolescentes de 2 a 19 años de edad.

La obesidad a estas edades puede tener un importante impacto sobre la salud (por ejemplo, un mayor riesgo de diabetes mellitus tipo 2, asma, hígado graso no alcohólico más alta propensión a tener enfermedades cardiovasculares). También pueden experimentar, con más frecuencia, depresión y baja autoestima en comparación con niños no obesos.
La prevalencia de obesidad entre los niños en edad escolar (6 a 11 años) y adolescentes (12 a 19 años) en los Estados Unidos aumentó dramáticamente entre 1976 y 1980 y entre 2007 y 2008: de 6,5% a 19,6% en los niños, y de 5,0% a 18,1% en los adolescentes.

En el 2000 la prevalencia de sobrepeso y obesidad en niños menores de 5 años, según la ENDES, fue de 25,19%, siendo las más afectadas ciudades como Tacna (57%), Moquegua (42%) y Lima (41%).

La obesidad es un mal crónico caracterizado por un exceso de grasa corporal, y es en la actualidad la enfermedad crónica nutricional no transmisible más frecuente, así como uno de los más importantes problemas crecientes de la salud pública mundial. El Perú no es ajeno a esta realidad, razón por la cual es imperativo identificar a los niños con sobrepeso y obesidad y someterlos a un adecuado y pronto control de esta patología.

Diversos estudios señalan algunos factores de riesgo de obesidad relacionados con el estilo de vida, los hábitos dietéticos y, en particular, patrones de actividad física en los niños inmersos en un ambiente de sedentarismo. Se ha establecido que la obesidad infantil está relacionada con el consumo de papas fritas, snacks, dulces y bebidas azucaradas (“comida chatarra”), por lo que es importante advertir que el exceso de este tipo de alimentos debe ser evitado con base en una adecuada educación nutricional y fomentando hábitos de alimentación saludables.

En cuanto a la actividad física, debemos inculcar a los padres que eviten que sus hijos, desde pequeños, se dediquen solo a actividades sedentarias, como pasar muchas horas frente a un televisor. Otros factores importantes, como la duración de la lactancia materna y el peso normal al nacer, protegen contra la obesidad infantil, del mismo modo como lo hace dormir un adecuado número de horas.

La obesidad es un mal crónico caracterizado por un exceso de grasa corporal, y es en la actualidad la enfermedad crónica nutricional no transmisible más frecuente, así como uno de los más importantes problemas crecientes de la salud pública mundial.

Por otro lado, también los antecedentes familiares de obesidad se encuentran asociados con este mal infantil: existen factores genéticos que predisponen a la obesidad, y reconocerlos será un reto importante en el futuro. Es difícil predecir qué niños con sobrepeso se convertirán en adultos obesos. La probabilidad de persistencia de esta patología en la edad adulta depende de múltiples factores.

En los estudios longitudinales, aproximadamente el 25% de los preescolares obesos siguen siendo obesos en la edad adulta, y lo mismo ocurre con aproximadamente el 50% de obesos de 6 años y el 80% de quienes tienen entre 10 y 14 años de edad. En principio, un niño sedentario obeso que no altera su ingesta de calorías ni su estilo de vida es probable que tenga exceso de peso en la edad adulta.

Además, la severidad de la obesidad durante la adolescencia es un importante predictor de este mal en la edad adulta. En un estudio realizado en los Estados Unidos, alrededor del 75% de los adolescentes con obesidad grave permanecieron severamente obesos cuando fueron adultos.

A edades más tempranas, la gravedad de la obesidad también predice el riesgo de obesidad persistente, pero en menor medida que en los adolescentes. Asimismo, las niñas son más propensas que los varones a desarrollar obesidad durante la adolescencia. Esto se relaciona con los cambios en la composición corporal que se producen en la pubertad, cuando la grasa corporal disminuye en los varones y aumenta en las mujeres. (Fuente:revistaideele.com)

Por: Dr. Carlos del Águila Villar
Jefe del Servicio de Endocrinología y Metabolismo del Instituto Nacional de Salud del Niño