Humedales altoandinos muestran cambios como consecuencia del cambio climático

Chimbote en Línea.- Cambios progresivos en las estructuras de las microalgas unicelulares y alteraciones en las características sus aguas, entre otras variaciones, vienen ocurriendo en los bofedales (humedales altoandinos) como consecuencia del cambio climático, según un estudio del Instituto Nacional de Investigación de Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem), entidad adscrita al Ministerio del Ambiente (Minam).

Así lo revela la investigación titulada “Las diatomeas y otros indicadores silíceos rastrean la ontogenia de un ecosistema de bofedal en los Andes peruanos”, publicada en la revista científica Botany de Canadá. Para tal propósito se tomaron muestras de sedimentos de este tipo de humedales en la cordillera de Vilcanota en Cusco.

Según Pedro Tapia, subdirector de Investigación e Innovación para la Sostenibilidad de Ecosistemas de Montañas del Inaigem y coautor del artículo, estos ecosistemas actúan como reguladores hídricos en las cabeceras de cuencas. “Son humedales naturales que pueden ayudar al control de contaminantes de aguas ácidas y metales pesados. Son efectivos captadores de dióxido de carbono en la lucha contra el calentamiento global y son usados tradicionalmente como fuentes de alimento y agua para el ganado de las comunidades andinas”, acotó.

Asimismo, anunció que próximamente se colectarán muestras de otras partes de la cordillera Vilcanota y en otros sitios de los Andes peruanos, “para entender cómo este ecosistema importante para las sociedades andinas responde a los efectos actuales del cambio climático”.

“La investigación ayuda a entender cómo se formó este ecosistema frágil y cómo está cambiando en respuesta a la variabilidad climática. La data generada ayudará a elaborar políticas en la protección de los bofedales en el Perú, así como estrategias para su manejo, restauración y remediación”, señaló Tapia.

Los bofedales son importantes para mantener la biodiversidad, actúan como unas esponjas gigantes que previenen las inundaciones en períodos húmedos e incrementan la línea base del agua durante temporadas secas. Las comunidades aprovechan este recurso para el pastoreo del ganado, actividad que es la base de la economía local.  Dada su importancia social y ecológica, han sido reconocidos en la norma vigente como un  ecosistema frágil.

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