El papel de la mujer en la Iglesia

Chimbote en Línea (Custión de Fe).- Papa Francisco, en su ya famosa entrevista para las revistas jesuíticas, afirmó que "es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la iglesia" y que "en los lugares donde se toman las decisiones importantes (en la Iglesia) es necesario el genio femenino". Para ello, dijo, "es preciso profundizar más en la figura de la mujer en la iglesia" y que "afrontamos hoy este desafío: reflexionar sobre el puesto específico de la mujer incluso allí donde se ejercita la autoridad en los ámbitos de la Iglesia".

No cabe duda en lo afirmado por el Papa Francisco: se reconoce que, siendo verdad que "la iglesia no puede ser ella misma sin la mujer y el papel que esta desempeña", este papel no está a la altura de lo que la mujer puede aportar ni de lo que ella representa hoy en nuestra sociedad del siglo XXI. Lleva la mujer en la Iglesia, muchas décadas de retraso.

Yendo de acuerdo con el Papa en que "hay que trabajar más hasta elaborar una teología profunda de la mujer" (¡y ya las teólogas han avanzado mucho en ello!), a continuación puede haber colocado –estoy seguro que no conscientemente- una trampa al afirmar que "solo tras haberlo hecho podremos reflexionar mejor sobre su función dentro de la Iglesia".
A ello se pueden agarrar los que siempre han utilizado esa trampa: primero la reflexión, la formación, luego vendrá la práctica.

¡Y la práctica nunca llega porque no se ha completado la formación! "El movimiento se demuestra andando", reza el popular dicho castellano: la liberación de la mujer en la Iglesia (¡de eso se trata!) solo se hará real con pasos progresivos sobre los que se irá reflexionando, también teológicamente.

Acá viene al pelo la afirmación del "viejo" obispo Pedro Casaldáliga sobre la Teología: "la teología es Teología de la Liberación o no es teología, ciertamente no lo sería del Dios de Jesús". Y si algo tiene de específico y esencial esa teología –hoy reivindicada en su justa medida- es el método: reflexión de fe sobre la práctica cristiana de liberación (primero la práctica, el compromiso; después la reflexión, la teología). Bien entendido, pues, habrá que ir haciendo la teología sobre la mujer a partir de la práctica, de los pasos certeros que se vayan dando en ese necesario proceso de liberación. Por supuesto, al margen de todo "machismo con faldas", como valientemente dice el Papa.

PASOS HOY YA POSIBLES
No sirve de mucho querer tener –a corto o mediano plazo- mujeres cardenales, "obispesas" o sacerdotisas pero sí es muy posible hoy dar otros pasos más importantes en la línea de lo proclamado por el Papa Francisco:
1) En España y en muchos otros países hay cantidad de comunidades cristianas sin sacerdotes y hay cantidad de mujeres (religiosas y laicas) que pueden perfectamente atender habitualmente esas comunidades, realizar la Celebración de la Palabra y distribuir la Eucaristía. ¿Qué impide el que se haga?

2) En todas las diócesis hay varias delegaciones o secretariados en los que el trabajo predominante es de mujeres y, sin embargo, los delegados o secretarios ejecutivos suelen ser varones. Comenzando por las de "Misiones": son excepción y se cuentan con los dedos de la mano las delegadas mujeres siendo así que hay 53 % de misioneras frente a 47 % de misioneros en España ¿Sería mucho pedir que en 5 años hubiera mitad y mitad de delegados/as?

3) En los seminarios ¿Cuántas profesoras hay? En muchos ¡ninguna! Y debemos hablar de profesoras no sólo de francés o de metodología sino de Eclesiología, Sacramentos, Moral... ¿Qué no hay religiosas y laicas preparadas ya?

Los sacerdotes se forman para trabajar con varones y mujeres. Si las postulantes y novicias tienen su director espiritual (varón) ¿no podrían los seminaristas tener directoras espirituales? (¿o sólo son tentadoras las mujeres?). Se debe comenzar.
Se matarían dos pájaros de un tiro: la mujer iría ocupando su lugar y los sacerdotes saldrían un poco más "normales" (no solo en el tema afectivo sino en el de la autoridad y otros).
4) Siguiendo con el tema y subiendo un escalón.

Los sacerdotes y los obispos tienen con frecuencia retiros y ejercicios espirituales. Casi siempre los dirigen, por supuesto, otros sacerdotes. Sinceramente ¿no hay religiosas y laicas que pueden hacerlo perfectamente? Al menos en Perú conozco mujeres muy preparadas y con una bien probada espiritualidad...Yo mismo lo viví, en España, hacia el año 90: una religiosa nos dirigió el retiro a un grupo de sacerdotes y lo hizo excelente.
5) Visitando las curias diocesanas uno puede encontrarse alguna mujer secretaria ¡nada más! ¿De verdad que no podrían ocupar lugares de responsabilidad en la administración y otros lugares donde se toman decisiones importantes?

Podríamos seguir subiendo niveles y llegar a distintos órganos de las Conferencias Episcopales o incluso en las esferas vaticanas pero como de lo que se trata es de empezar, de dar pasos serios y en una dirección, pienso es suficiente. Y, por supuesto, comienzo confesándome: esto lo hubiera planteado mucho mejor que yo, una mujer. "El movimiento se demuestra andando".
Escrito por: José María Rojo G.
Fuente: Evared

 

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