Cuidemos la creación de Dios

Chimbote en Línea.- (Por: Prof. Inés Bello) Es importante que en nuestro sistema educativo, brindemos las condiciones necesarias  a nuestros estudiantes, que les permitan comprender el mundo en el que viven, que puedan desenvolverse en él con autonomía, y puedan tomar decisiones informadas para mejorar su calidad de vida.

Por ello, debemos aprovechar el deseo natural que tienen nuestros estudiantes desde muy pequeños, para que el proceso de enseñanza responda a ese deseo por descubrir el mundo que es creación de Dios, que puedan conocerlo, que puedan adaptarse a él, que logren comprenderlo mejor, y se involucren en su cuidado y progreso.

En el nivel inicial, nuestra labor como docentes será proporcionar a los estudiantes una variedad de experiencias significativas que provoquen placer por hacer y aprender a través del descubrimiento, incentivar la curiosidad, la sensibilidad y el respeto por el medio ambiente, que es la casa de todos.

Ellos deben aprender a cuestionar y reflexionar sobre las situaciones que deterioran nuestro medio ambiente, sobre los sucesos que afectan su vida y la de otros seres vivos como las plantas, animales y todo lo creado por Dios. Nuestra misión es acompañarlos en este recorrido con una mirada cálida, atenta y respetuosa para juntos convertirnos en protectores de la obra de Dios que es parte esencial de la vida cristiana.

El año 2000, en la Haya, se publicó la Carta de la Tierra que nos invitó a dejar atrás la autodestrucción de la naturaleza y comenzar a vivir la vida de forma diferente. Falta todavía una conciencia universal al respecto, falta aún el compromiso no solo de docentes y estudiantes sino también de la familia, la cual constituye la sede de la cultura de la vida. Es en la familia donde se realiza y enseñan los pequeños gestos de sincera cortesía y amor hacia el mundo que nos rodea, que es obra y creación de Dios.

Necesitamos una educación que recupere el equilibrio ecológico: con uno mismo, con los demás, con la naturaleza, con Dios; desde tareas tan sencillas como dice el Papa Francisco:
·         Evitar el uso de material plástico y de papel
·         Reducir el consumo de agua
·         Separar residuos
·         Tratar con cuidado a los demás seres vivos
·         Utilizar transportes públicos
·         Plantar árboles
·         Apagar las luces innecesarias
·         Volver a usar las cosas en vez de desecharlas
Todas estas prácticas tendrán efectos positivos, fomentarán una sana relación con la creación y nos permitirán contemplar la belleza que Dios nos ha regalado, para proteger y preservar esta casa común, buscando un desarrollo sostenible integral para cuidar el planeta y construir un futuro mejor.

(Publicado en el periódico diocesano Mar Adentro)
 

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