Comentar

Respetar la naturaleza

Chimbote en Línea.- (Por: P. Fernando Asín Castellón) El desastre de El Niño costero(un millón de afectados) no es un fenómeno de la naturaleza por sí misma sino el resultado de la mano del hombre que construye en lugares inadecuados, como los cauces de los ríos y quebradas, cuando temporalmente están secas. Y de las autoridades que lo permiten y no controlan estas construcciones. No se pueden llamar "desastres naturales". Es consecuencia de no respetar la naturaleza.

"Por vivir al margen de las sabias enseñanzas de la naturaleza, la depredamos, contaminamos, explotamos sus recursos más allá de los límites biológicos y ocupamos para fines urbanos, sectores muy peligrosos que ella tiene reservada para cumplir su ciclo vital" (Julio Kuroiwa, Viviendo en armonía con la naturaleza. Citado por Pilar Arroyo, del Instituto de teología Bartolomé de las Casas, en artículo de coyuntura, abril 2017).

Se ha visibilizado la pobreza en ese millón de damnificados del norte del Perú. Y se ha agudizado. Ha sido como un terremoto.

Ser pobre no es solo por carencias económicas sino, además, significa ser invisible para otros. Y no tener participación ni voz en la toma de decisiones que afectan sus vidas. Ser pobre es una traba para el ejercicio pleno de la ciudadanía.

Finalmente, hay una dimensión sicológica: los pobres viven experiencias límites de sufrimiento, soledad, vulnerabilidad, inseguridad y exclusión social, con mayor frecuencia y en mayor proporción que el resto de la población.

Dice el Papa Francisco en "La alegría del Evangelio", 202: "La necesidad de resolver las causas estructurales de la pobreza no puede esperar. Los planes asistenciales que atienden ciertas urgencias, sólo deberían pensarse como respuestas pasajeras. Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres, renunciando a la autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera y atacando las causas estructurales de la inequidad, no se resolverán los problemas del mundo y, en definitiva, cualquier problema. La inequidad es la raíz de los males sociales".

"La pregunta que deberíamos tratar de responder todos, desde los que rigen los destinos de las naciones, hasta los más humildes pobladores de la urbe y del campo es: ¿Qué puedo hacer para vivir en armonía con la naturaleza, para que todos en comunidad vivamos mejor?

Es importante actuar antes que la destrucción del medio ambiente sea irreversible. El riesgo para la vida, la salud y los bienes materiales se sigue incrementando por no obedecer las leyes de la naturaleza que muchas veces de manera dolorosa y reiterada, nos las recuerda" (J.Kuroiwa).

(Texto publicado en Mar Adentro, Diócesis de Chimbote, julio 2017)