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Sobre periodistas y seudoperiodistas: ¿información o deformación?

Chimbote en Línea (Por: Luisa Álvarez Calderón) “El periodismo escandaloso, amarillo, es un perverso hijastro de la cultura de la libertad”, dice Mario Vargas Llosa. ¿Qué tan cierto llega a ser lo dicho por el nobel escritor?, yo considero que en su totalidad lo es.

Nuestra sociedad hoy en día vive expuesta a tantas mentiras, que son aceptadas como ciertas,  brindadas en los medios de comunicación de nuestro país  por  personas que se osan llamarse “periodistas.”

Esto se puede demostrar cuando los medios de comunicación brindan solo información con intereses editoriales y comerciales, dejando de lado la independencia, el equilibrio y la precisión en la información; generando una distorsión en la opinión de la audiencia. Y es que el problema no nace en la ignorancia de la sociedad, sino, en la desvalorización y poca ética del profesional en el sagrado ejercicio de ser periodista.

Y es claro, que el periodismo ha sufrido cambios pues la comunicación: está dejando de ser información para ahora verse como medio de negocio; en donde el infoentretenimiento atrapa a la audiencia, al igual que la miel enamora a las abejas; y el rating, por ende, al business de la publicidad.

Hoy el sensacionalismo está en varios medios y corroe el prestigio del periodismo y de los comunicadores profesionales que trabajan con ética. Y a este mal tiempo adjuntamos, el ejercicio de los llamados “seudoperiodistas”, que ejercen politiquería barata, alimentan la corrupción, el morbo e ignorancia. Y es que los falsos periodistas suelen atacar, conspirar y prostituirse por resguardar sus intereses, derogando el servicio de la verdadera información.

Es triste saber que el sensacionalismo, provocado por los simulados periodistas y en ocasiones por profesionales de la comunicación, llega a alimentar la brutalidad de la población, que a diario esperan la morbosidad, hasta el punto de perder el respeto por la intimidad de los demás.

Pero también causa mucha indignación, cuando descubres que los falseados periodistas hacen de tu profesión una burla, creyendo que pueden hacer de tu carrera parte del ejercicio popular.

Un momentito, todos los seres humanos tenemos el derecho de la libertad de expresión e información; mas eso, no hace de mi carrera parte del uso popular. Hay que tener honra y mucha ética para ser comunicadores, ser responsables y nunca excusarnos con nuestra libertad de expresión para el mal ejercicio de la profesión.

En estos tiempos los periodistas, en especial los chimbotanos, deben verse obligados a sumar fuerzan y denunciar en los medios públicos a los seudoperiodistas, para que dejen de engañar a la población, y ganar dinero a cuestas de mal utilizado título de “periodistas”.

Los verdaderos periodistas conocen el código de ética, y saben que la información que brindan debe ser lo más parecido a la realidad, evitando deformar la verdad,  permitiéndose tener credibilidad con la audiencia.

¡Honremos y valoremos más nuestra profesión, saquemos las garras como fierras cuando terceros hagan de nuestro trabajo un juego!

*Alumna de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Nacional del Santa – VII ciclo. Curso: Periodismo de Opinión e Interpretación.