Comentar

¿Por qué recordaremos al gran Alfonso Tealdo?

Chimbote en Línea (Por: Juan Gargurevich) Una enorme cantidad de talento literario se esconde en las colecciones de periódicos que solo visitan los historiadores que buscan contextos. En algunos casos magníficas piezas periodísticas son salvadas del olvido porque sus autores han llegado a la fama y los biógrafos hurgan su pasado y  las rescatan.

Pero la academia periodística  no debe esperar tanto porque hay necesidad de evidenciar que hemos tenido siempre un gran periodismo. Y es el caso de Alfonso Tealdo Simi (1914-1988) quien si bien comenzó su carrera como articulista de opinión pasó luego a la entrevista escrita, luego a la radio y finalmente a la televisión con éxito notable debido tanto a su talento y cultura como a la pasión contagiante que entregaba en cada proyecto que emprendía.

Dedicó al periodismo toda su vida, a excepción de unos pocos años de diplomático, y en todas las áreas de la profesión marcó estilos que merecen ser conocidos y enseñados a las nuevas generaciones de periodistas como ejemplo de que la mezcla de trabajo, vocación, entusiasmo y elección oportuna dan siempre grandes resultados.

Así eran las entrevistas de Alfonso Tealdo, por ejemplo, que publicó en su ya legendaria revista “Gala” de los años cuarenta y que suelen ser mostradas como modelos a los nuevos reporteros. Igualmente su columna “Mirador”, sus comentarios radiales “La  Voz y la Pluma” y, por supuesto sus famosas entrevistas en  “Turismo”, o televisivas ya sea con paneles de colegas en  “Pulso” o en los dinámicos enfrentamientos de “Tealdo Pregunta” del programa de noticias “24 Horas”.

Se preguntará alguien si Tealdo hizo docencia y quizá se dirá que nunca dictó una clase formal. No hizo falta  porque sus textos y reportajes fueron, y son, la mejor lección imaginable.

Fue alumno de la PUCP en Letras y Derecho y destacó tanto en sus primeros meses que el fundador el padre Jorge Dintilhac lo eligió para integrar una delegación de estudiantes a un congreso en Chile.

En sus últimos años fue muy reconocido por sus colegas y ha sido quizá el periodista más entrevistado por sus colegas para arrancarle sus secretos de entrevistador. Escribió sobre sus técnicas una rara vez: “Lo que más me interesa de la entrevista es el aspecto psicológico. El tema que se trata se convierte en un pretexto” (…) “La entrevista ha sido para mí una forma violenta de entablar amistad con personajes de la política y de la cultura. Después de la entrevista el personaje tiene que ser tu amigo”. (La Entrevista. MasComunicación. Lima. 1983).