Chimbote en Línea (Libre Opinión).- Hete aquí que estamos ante un nuevo año cargado de expectativas. La primera es evitar el regreso de la inflación. Por suerte no hay ningún indicio de que veremos la misma película de los últimos meses del gobierno Sarney, cuando la inflación llegó a ser del 80% mensual. Lo grave es que la especulación avanza, la producción y las exportaciones decaen, disminuye el crecimiento del PIB, se multiplican las privatizaciones y se acentúan las desigualdades sociales.

Es el año en que se conmemora (se hace memoria) de los 50 años del golpe que derribó un gobierno constitucionalmente elegido e instauró la dictadura militar, sin que aun haya sido esclarecido el paradero de los desaparecidos políticos ni castigados quienes torturaron, asesinaron, secuestraron en nombre y bajo la cobertura del Estado, especialmente de las Fuerzas Armadas.

A falta de más pan tenemos circo: la Copa del Mundo de Fútbol. El Brasil entra manco, sin garra, con un tiempo estresado por la obligación de hacer dinero. Se acabó el fútbol arte, los efectos de Didi, los regates de Tostão, las carreras de Vavá, los goles de Pelé y el baile de Garrincha.

Todo indica que nuestra selección va a superar las expectativas como anfitrión y salir con la cresta baja, salvo un milagro, una suerte especial que compruebe que, en materia futbolera, Dios también es brasileño.

En fin, éste es el año de hacer un Brasil como Dios manda. El día 5 de octubre cada elector irá a las urnas a escoger 7 nuevos servidores públicos: 1 diputado estadual, 1 federal, 1 senador, gobernador y vice, Presidente y vice. Tenemos la posibilidad de extirpar de las Asambleas Legislativas a los diputados de los tramposos y de los carteles, más interesados en multiplicar su propio salario que en servir a la población necesitada.

En Brasilia podremos pasar una gran escoba que mande a la basura de la historia a diputados y senadores que llevan muchos años de mandato y poco servicio, corrompidos por grandes empresas y oligopolios, sin ninguna visión de lo que es ciudadanía y democracia. Los electores deberán expulsar de los gobiernos estaduales a viejos zorros que sufren de pleonexia: apetito insaciable de poder, según Platón, que entendía de política y de políticos.

El cuadro de la sucesión presidencial aún no está definido, pero llegó la hora de evitar que el Brasil vuelva a ser colonia de los Estados Unidos, que se siga deteriorando el salario mínimo, y que los programas sociales, que han sacado a millones de la miseria, sean engavetados en nombre de la reducción de gastos públicos... Es mejor un gobierno que sea madre de los pobres y padre de los ricos que otro que trate a los pobres como una madrastra malvada y a los ricos como bebés de cuello que necesitan toda clase de cuidados y atenciones.

Las elecciones de octubre deberán confirmar el perfeccionamiento de la democracia, la valoración de la ciudadanía y sobre todo la política como respuesta a las urgentes demandas sociales, como mejoría de la educación, de la salud y del transporte público. Un gobierno que se atreva a implementar la reforma agraria, a promover la desconcentración de la riqueza y a redimensionar la deuda pública. Un gobierno que convoque una Constituyente exclusiva para la reforma política y haga cesar el despalamiento de la Amazonía. Un gobierno que abra los archivos de la dictadura en manos de las Fuerzas Armadas y reduzca la desigualdad social. Sin eso el Brasil tendrá como futuro inmediato el aumento de la miseria y de la violencia.

Lo tenemos todo para hacer del año 2014 un nuevo año feliz para la mayoría del pueblo brasileño. Va a depender de nuestra capacidad de cambiar lo malo que se empeña en perdurar, renovar lo que de antipopular se empeñe en repetirse y apoyar lo que de bueno significa transformar. (Fuente: Evared)

Frei Betto es escritor, autor de “Calendario del Poder” (Rocco), entre otros libros.