Chimbote en Línea.- Juan Carlos Rojas Sanchez es un físico peruano, natural de Chepén en La Libertad, y licenciado por la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI). Es investigador del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) en el Instituto Jean Lamour, considerado entre los más importantes de Francia y uno de los mejores del mundo.
Me asombra la sencillez de Juan Carlos al admitir que se siente nervioso al ofrecer esta entrevista.
Y claro que sorprende, si proviene de un investigador que ha realizado más de 50 publicaciones en revistas internacionales.
Además, se ha desempeñado como presidente de sesión en diversas conferencias internacionales y ha obtenido una medalla de bronce en la ceremonia de Talentos del CNRS.
“Nunca es tarde para aprender algo nuevo”, comenta al contarnos que estaba aprendiendo a manejar. “Podré haberme desarrollado en el ámbito académico, pero aún hay cosas que aprender”, añadió con una inocente pero sincera sonrisa.
Su sencillez simplemente impresiona. Su historia nos dice el origen de esa humildad que lo engrandece aún más como ser humano y profesional de éxito.
De Chepén…
Juan Carlos nació en un pueblo de la costa norte del Perú: Chepén, en La Libertad. La describe como una infancia feliz en donde la casa y el cariño de sus abuelos eran su mejor refugio.
En 1987 la familia se mudó a Lima debido a que su papá consiguió trabajo como mecánico. Así, a una corta edad, 12 años, experimentó lo que significa pasar de un pueblo pequeño a una ciudad inmensa como la capital.
Al inició se instalaron, en la zona de Acho, en el Rímac. La casa de una tía los acogió. “Era muy incómodo, porque éramos seis, mis padres y mis tres hermanos menores, pero no había de otra. Yo no quería mudarme a Lima, quería seguir en mi pueblo”, recordó con nostalgia.
Posteriormente, se trasladaron a San Juan de Lurigancho. Era un terreno descampado, pero propio. Construyeron una humilde casa de esteras y edificaron sus sueños sobre la base de sus carencias.
Fue en el colegio donde conoció a la UNI. Fue a través de sus profesores y compañeros de clase. El nivel de exigencia que demanda esta universidad, lo cautivó de inmediato, y no tardó en hacer de ella su alma máter. Se preparó casi medio año para ingresar y en 1994 logró dicha meta.
“Estoy agradecido con la UNI por toda la enseñanza que me brindó. También con mis profesores y compañeros”, remarcó al indicar que en 1999 obtuvo su bachillerato en Física.
Entre el 2000 y el 2003 fue jefe de práctica en la UNI y en dos universidades particulares.
Maestría en Argentina
Decidido a cambiar su destino, postuló a una maestría en Física en el Instituto Balseiro, Bariloche, ubicado en Argentina. “Me becaron y cubrieron casi la totalidad de mis gastos”, dijo muy agradecido.
Quedó tan impresionado por las oportunidades que se les abría, que postuló a un doctorado en ese centro de estudio, y lo consiguió, acompañado esta vez de su esposa e hijo.
Esta primera experiencia fue el inicio de su carrera como científico fuera del Perú.
Humildad, por siempre
Luego, postuló al Centro Nacional para la Investigación Científica CNRS/Thales, ubicado en Francia para su posdoctorado. El idioma fue uno de sus problemas más complicados para la adaptación, pero nada fue realmente un obstáculo para detenerlo.
“A pesar de pasar las cosas por las que pasé llegué, con mucho ímpetu y con muchas ganas de demostrar de qué podía aportar algo grande”, subrayó.
Desde el 2015 hasta la actualidad, es investigador permanente del CNRS, en el grupo de Espintrónica y Nanomagnetismo del Instituto Jean Lamour (IJL), en Nancy, Francia.
Su creatividad, talento y compromiso con el trabajo permitió que el 2018 fuera designado director del Centro de Competencia de Micro y Nanotecnologías del IJL, MiNaLor.
“A veces no me doy cuenta de las cosas que voy logrando y tal vez está bien que sea así. No me gustaría llegar a perder la humildad”, remarcó al referirse a su trayectoria académica.
La perseverancia como clave
Además de ser un reconocido investigador, Juan Carlos es docente de doctorado en el Instituto Jean Lamour. Se siente muy contento de ayudar a formar a jóvenes estudiantes, porque de ellos depende el futuro.
Finalmente, Juan Carlos reflexiona sobre los pasos dados y coincide en que la perseverancia fue la clave en su vida, el no rendirse cuando uno realmente sabe lo que quiere. (Entrevista por Andina)
Comentarios
Comentar