Los fantasmas de “La Prensa”

(Por: Juan Gargurevich) -Pero ¿de qué “La Prensa” estamos hablando? “En ese logotipo deben penar de lo lindo..!” reía un colega al comprobar que había reaparecido “La Prensa” pero esta vez en edición “virtual” y, gracias a un curioso guiño de la historia, como propiedad de su antiguo enemigo “El Comercio” de la familia Miró Quesada.

la-prensa-antiguaEl lema de la nueva versión del diario fundado en 1903 es “Periodismo digital para el nuevo siglo” indicando que una vez más el viejo periódico enarbolar estandartes de modernidad tal como lo hizo en varias etapas de su agitada vida.

Pero ¿qué versión de “La Prensa” podríamos comentar? Porque a diferencia de “El Comercio”, aquel diario estuvo en varias manos a veces antagónicas y que hacen necesario dividir su historia en etapas.

Otra diferencia importante con el diario de La Rifa es que éste fue el sostén de la familia y sus famosos bandazos de línea editorial fueron consecuencia de los intereses del sector dominante coyuntural de los Miró Quesada. Cada cambio fue muchas veces reacción de supervivencia ante el peligro y aunque inicialmente adhirió al civilismo nunca fue ni siquiera vocero oficioso del legendario partido de Pardo .

“La Prensa” en cambio siempre fue instrumento de presión política o económica y para apoyar al Partido Demócrata, esto es, al discutido Nicolás de Piérola, en 19093.

El millonario Pedro de Osma apoyaba al Caudillo de Cocharcas y su flamante periódico fue entregado a los pierolistas Ulloa, Cisneros,la-prensa-directores Belaúnde.Directores

En 1915 “La Prensa” fue vendida a Augusto Durand quien abandonó a Piérola y se hizo coyunturalmente civilista como su nuevo dueño que tenía reputación de “montonero liberal” de ambiciones presidenciales.

En 1921 el dictador civil Leguía expropió y arrebató la empresa a Durand y lo utilizó para su propaganda hasta su caída en que fue devuelta a la familia que no supo qué hacer con el diario que debió cerrar en 1932. Y entonces varios antiguos civilistas compraron “La Prensa” y entre aquellos la familia Miró Quesada que tuvo entonces la oportunidad de hacerse del periódico.

Aparece aquí Pedro Beltrán quien lo pondría al servicio de los intereses de los poderosos terratenientes peruanos organizados en la “Sociedad Nacional Agraria” para participar en las elecciones de 1936.

Cuando Benavides suspendió el proceso y se quedó de Presidente Beltrán se retiró de la empresa, los Miró Quesada vendieron su parte a José Quesada Larrea quien puso el diario a disposición de la candidatura de Manuel Prado, en 1939.

Los terratenientes exportadores volvieron a comprar el diario porque Prado se mostraba demasiado modernizante y había que hacer frente a la amenaza de aumento de impuesto.