Las Placas Conmemorativas… ¿nuevo mass media???

(Por: Juan Gargurevich)  La hemorragia de inauguraciones del gobierno que develando decenas de placas conmemorativas, nos hace pensar sobre si éstas podrían definirse como un medio de comunicación. Y son tantas que bien deberían colocarse en la categoría de medio masivo, como los carteles de publicidad, por ejemplo.

El afán de perpetuarse o de por lo menos de pasar a la historia inmediata por las placas no es, por si acaso, una dudosa cualidad presidencial peruana, porque ahora mismo, en España por ejemplo, el Partido Socialista que sabe que se va, o que lo echan, ha desatado una fiebre parecida de inauguraciones de todo tipo.

El problema es que tal como aquí, se trata de inauguraciones… falsas. Escuelas sin baños, hospitales sin equipos, edificios sin servicios, postas médicas sin camillas, teatros a medias, en toda una farsa que va acompañada siempre de una placa que reza “Se inauguró siendo Presidente…”.

En nuestro Perú sobran anécdotas. Allá por el año 54 o 55, Manuel A.Odría inauguró el conjunto de viviendas Marcavalle, a la entrada de La Oroya, con una ceremonia solemne que incluyó el encendido de las luces de uno de los departamentos y la apertura de una canilla de la que fluyó abundante agua; pero le habían mentido porque no había conexiones de ningún servicio.

La luz la puso prestada la Cerro de Pasco Copper por un día y el agua la enviaron con una bomba de mano mientras duró la velada. Ni siquiera había conexión para el desague, era una estafa. Cuando el General se marchó se acabó el agua y apagaron la luz. Y por años (me consta porque trabajé en La Oroya un año y los vecinos de Marcavalle robaban agua y luz de los departamentos asignados a la gran empresa minera).

Belaunde Terry era también muy afecto a las inauguraciones. Nada se echaba a andar si él no estaba para el discurso de rigor y el develamiento de la placa. Y se cuenta que una empresa que instaló el desagüe en Chorrillos hizo las conexiones sin avisarle lo que enfureció al mandatario y mandó detener todo para inaugurar el servicio ante la prensa.

Entonces los constructores cerraron dos partes del sistema, lo destaparon en una esquina, limpiaron y así pudo el Presidente decir su discurso… mientras las aguas servidas se rebalsaban e inundaban buena parte de Barranco y Chorrillos. Fue un alivio que Belaunde se marchara para que el desagüe transcurriera sin problemas…

Pero probablemente el ridículo más grande en materia de placas pertenece al exalcalde Castañeda quien en su campaña reinauguró decenas de cosas ya inauguradas, como el monumento a César Vallejo en la Plazuela del Teatro. Ni García ha logrado superarlo.