Escuela pública de calidad, ¿es posible?

Parece que el sistema neoliberal actual confía más en el mercado para solucionar la educación o la salud, que en las autoridades democráticas elegidas. Manda más el Ministerio de Economía que los demás ministerios. ¿será así? Veamos cifras económicas.

El Acuerdo Nacional (institución que agrupa la mayoría de las instituciones nacionales) aprobó que, en 4 o 5 años más, el presupuesto de la Nación en educación llegará al 6% del Producto Interno Bruto (todo lo que se produce en el país en un año); y a 8% del PBI en Salud.

Y seguimos en la cola en América Latina, sin superar el 3% en educación y el 4% en salud, año tras año.

Por ejemplo, en Perú gastamos 220 dólares por alumno al año; pero en Argentina pasa de 800 dólares; en Chile, de 1.300 y en España, de 3.000 dólares.

Otro ejemplo: el sueldo de un profesor debería ser de 3.000 soles mensuales (como era, adaptado el tiempo, en 1950 en Perú). ¿Se arregla la huelga subiendo a 1.200, a 1.500 soles?.

¿Cómo formaron a los maestros los institutos superiores de Educación, que fueron creados como hongos por el ex presidente Alberto Fujimori? ¿Qué preparación tenían los alumnos que, casi sin terminar secundaria, pasaron a ser maestros en el primer gobierno del ex presidente Alan García?

La consecuencia es la actual situación de bajísima calidad educativa pública. Ya en lima el 50% de las escuelas son privadas, ubicadas muchísimas de ellas en casas particulares, sin condiciones pedagógicas.

¿Por qué el Ministerio de Educación no fiscaliza esas condiciones pedagógicas mínimas, incluso el cumplimiento de recomendaciones de Defensa Civil?.

Y ya no hablemos de la educación rural y bilingüe. O en la selva. Todos los materiales se producen en Lima. En el país faltan multitud de maestros bilingües.

¿Y la educación de niños (as) con discapacidad? Aquí hay auténticos maestros (as), que hacen maravillas, heroicamente; hasta poniendo sus propios medios para la compra de materiales especiales.

Una esperanza: hace dos años empezó el sistema de control de calidad y acreditación de las escuelas y universidades. Recemos para que tenga éxito.

No puede haber una buena educación sin buenos docentes. La escuela necesita transformarse: no una enseñanza memorística y verticalista sino de mente creativa e investigativa. Aprender a ser, a pensar, a aprender. Y con la participación activa de ambos padres. (Publicado en Mar Adentro No- 55 – Diócesis de Chimbote)

Por: Fernando Asín Castellón