Chimbote en Línea (Por: Germán Torres Cobián) El destino de los grandes hombres de la independencia africana ha sido muchas veces dramático, otras veces muy trágico. Recordemos al político socialista y Presidente del Congo, Patricio Lumumba, que fue asesinado por los esbirros congoleños del Imperio norteamericano en 1961.
Al líder izquierdista marroquí Ben Barka, desaparecido en París en 1965 por los servicios secretos de la monarquía de Marruecos y la policía francesa; a Eduardo Mondlane, asesinado en 1969 por los colonialistas portugueses; a Steve Biko, muerto a golpes en 1977 por el Gobierno racista sudafricano; y no olvidemos a los miles de combatientes anónimos y a los civiles que cayeron en las luchas descolonizadoras del continente africano.
Uno de aquellos prohombres de primera fila en la emancipación de África fue Nelson Mandela, que acaba de fallecer a los 95 años de edad en Pretoria.
La vida de Mandela fue consustancial a la lucha del pueblo de Sudáfrica por su libertad y contra la segregación racial (apartheid) que impuso el Partido Nacional de la minoría blanca en ese país desde 1948.
Mandela nació el 18 de julio de 1918, en El Cabo, República Sudafricana. Era bachiller en Artes y licenciado en Derecho. Junto a los activistas antiapartheid Oliver Tambo y Walter Sisulu, abrió en Sudáfrica el primer despacho de abogados dirigido por negros y para negros.
Los tres se unen al Congreso Nacional Africano (CNA) cuyo programa principal era la lucha contra el apartheid. En 1959, los militantes africanistas radicales del CNA se separan y forman el Congreso Pan-Africano (PAC).
En marzo de 1960, la población negra organiza en el pueblo de Shaperville una protesta contra las leyes discriminatorias. La policía sudafricana abrió fuego matando a 69 hombres, mujeres y niños por la espalda e hiriendo a centenares. El CNA y el PAC fueron ilegalizados. Muchos militantes se radicalizan y adoptan la táctica guerrillera y el sabotaje en sus acciones.
Mandela pasa a la clandestinidad y forma el comando militar “Lanza de la Nación” dirigido por él mismo y apoyado por militantes del Partido Comunista de Sudáfrica (PCS), de etnia blanca. El pueblo apoya a la guerrilla del CNA.
En 1963, el Gobierno sudafricano decreta el Estado de Emergencia y arresta a cientos de militantes del CNA, del PAC y del PCS, entre ellos Nelson Mandela. Fue procesado. En el juicio, entre otras, dijo esta frase memorable en su defensa: “He luchado contra la dominación de los blancos y contra la dominación de los negros.
He deseado una democracia ideal y una sociedad libre en la que todas las personas vivan en armonía y con iguales oportunidades.
Es un ideal con el cual quiero vivir. Pero si fuese necesario, también sería un ideal por el cual estoy dispuesto a morir". Fue condenado junto a otros dirigentes a cadena perpetua, acusado de sabotaje, traición y actos terroristas.
Con los partidos de los negros proscritos y sus dirigentes en prisión, el Gobierno de la República Sudafricana entró en la etapa más turbia en la represión y la aplicación del apartheid: el apaleamiento, secuestro, desapariciones, sentencias de cadena perpetua o penas de muerte eran hechos cotidianos en los años 60 y 70.
Pero las manifestaciones continuaron. En junio de 1976, una pacífica marcha estudiantil en las barriadas negras de Soweto contra la imposición del idioma afrikáner en las aulas, terminó en una terrible masacre.
La policía sudafricana asesinó a 576 escolares entre doce y quince años. Un año después, el estudiante de Medicina y gran luchador antiapartheid, Steve Biko, líder del Movimiento “Conciencia Negra”, arrestado anteriormente en varias ocasiones, fue asesinado a golpes por la policía del primer ministro Balthazar Vorster.
A partir de la década de los 80, Sudáfrica es aislada por la comunidad mundial, prohibiéndose incluso su participación en los Juegos Olímpicos. En 1990, el Presidente Frederik de Klerk, no resistió la enorme presión interior e internacional que abogaba por la libertad de Nelson Mandela y le liberó (junto a decenas de militantes del CNA, del PAC y del PCS) después de haber sufrido 27 años de prisión. Mandela lideró el CNA en sus negociaciones con el Gobierno sudafricano para conseguir una sociedad multirracial en aquel país, que se logró en 1994, con las primeras elecciones democráticas por sufragio universal.
El CNA ganó aquellas elecciones y Mandela fue presidente desde 1994 hasta 1999.
Como todos los grandes dirigentes del despertar africano, Nelson Mandela tenía la esperanza, el sueño del África entero unido. Y también, como todos los dirigentes del amanecer africano, buscó la forma de conciliar la sociedad y la cultura del continente negro con los sistemas doctrinales de Occidente.
Trató de ajustar todo con un socialismo del que fue un estudioso en la cárcel de Robben Island. Se le definió, al igual que a otros dirigentes africanos que lucharon por la liberación y el progreso de sus países (Leopoldo Senghor, Samora Machel, Sam Nujoma, Julius Nyerere…), como un humanista africano.
Nelson Mandela recibió decenas de doctorados Honoris Causa y premios, entre ellos el Nobel de la Paz en 1993, el Lenin de la Paz, el Internacional Simón Bolívar y el Príncipe de Asturias de Cooperación. Descanse en paz, gran ser humano.
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