Caso Sheyla Arce: Defendamos la vida

Sheila Vanessa Arce, es una de las víctimas de la insania moral que sufre hoy nuestra sociedad. La violencia ejercida por algunos, nos interroga a todos ¿Cómo construir los valores del amor, del respeto a la persona humana, la verdad y la paz en nuestra familia? ¿Cómo están respondiendo hoy los mcs como promotores de un cambio en la sociedad? ¿Qué estamos inculcando en el día a día en nuestros hogares, Instituciones Educativas, vecinales y organizativas?
La vida humana es un don de Dios, que merece ser respetada y valorada en todo su proceso de crecimiento y desarrollo integral. No podemos permanecer indiferentes frente a este hecho y a los muchos que vienen sucediendo en la sociedad chimbotana y peruana. Casi a diario se escucha de asesinatos, violencia sexual, física, etc.

Todos estamos llamados en esta sociedad a defender la vida y no permitir que estos hechos queden impunes.

La marcha de solidaridad en defensa de la vida y por la paz a favor de Sheila, organizada por la Universidad César Vallejo y acompañada por el pueblo de Nuevo Chimbote, es un signo de rechazo a esta violencia cotidiana.   

Pero es necesario que la sociedad civil, exijan a las Instituciones y en forma coordina se trabaje por una mejor organización para terminar con todo tipo de delincuencia que atenta contra la vida de los ciudadanos.

Tenemos que recordar las sabias palabras de Juan Pablo II, en su carta “El Evangelio de la Vida” “La vida humana es sagrada porque desde su inicio comporta “la acción creadora de Dios” y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin. Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término: nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente”.

Es necesario crear en la ciudadanía una conciencia y sensibilidad colectiva que nos lleve a protegernos y defender la vida unos a otros, en forma organizada, como condición para vivir en paz.

Que todos escuchemos la voz de Dios que nos dice no matarás. Ama y defiende la vida desde tu hogar, construyendo un ambiente de calidez humana y de ternura rechazando todo tipo de violencia física, verbal y sicológica a fin de que tus hijos viendo en sus padres un ejemplo de amor y de respeto sepan valorar desde el corazón del hogar la importancia de la vida humana y valorar a los demás como hijos amados de Dios nuestro Padre.