La vida y la muerte, el inicio y el final: “El destino del ser humano”

Chimbote en Línea (Periodismo Escolar).- Sin duda, hoy en día vivimos en un mundo tan agitado que se rige por el trabajo y la economía. Donde las jornadas de trabajo mayormente son exhaustivas para el laborante si es que desea tener una vida digna. Con el paso de los días, nos sentimos cansados, nos sentimos agobiados y aburridos de tener la misma rutina, cosa que los años se encarga de cobrar todo nuestro tiempo de vida que nos queda en la tierra.
 
Trabajar es algo esencial en la vida del ser humano, no lo niego, pero el tiempo no se para, el tiempo sigue y no nos espera a que podamos disfrutar de ella si es que no lo sabemos aprovechar, cosa que en un momento impensable, la gente muere, deja de existir para siempre… de allí lo siguiente:
 
La gente muere, pues así es, un parpadeo y al otro ya estás muerto, el perro es donado y se aferra a los nuevos dueños, los viudos se casan nuevamente, andan de la mano, van al cine, se divierten y te olvidan, la gente muere y somos rápidamente reemplazados en el puesto que ocupábamos en la empresa, las cosas que ni siquiera usábamos son donadas, algunas tiradas a la basura, cuando menos esperamos… la gente muere. 
 
La gente muere y solo queda recuerdo de los que en vida fuiste o hiciste, como cuando aquella ves que aprendiste a dar tus primeros pasos, o como aquella ves que aprendiste a decir tus primeras palabras, o como aquella ves que entraste a tu primera escuela, no serán más que recuerdos.
 
Por otra parte, ¿quién espera morir? Si la gente esperase por la muerte, tal vez procurara vivir mejor, tal vez usará su mejor ropa hoy, usará su mejor perfume, viajara hoy, tal vez la gente comiese hoy el postre antes del almuerzo, tal vez la gente esperase menos de los demás.
 
Si la gente esperase por la muerte, tal vez perdonaría más, reiría más, apreciaría la naturaleza, tal vez valoraría más el tiempo y menos al dinero, haría un millón de cosas de las cuales nunca pudo hacer por el trabajo, ayudaría más en vez de maldecir al prójimo.
 
Si la gente tuviera conciencia de que puede partir de este mundo en cualquier momento, tal vez entendería que no vale la pena entristecerse con las cosas banales, oyese más música y bailase aun cuando no lo sepa hacer. 
 
El tiempo vuela a partir del momento en que la gente nace, comienza el viaje veloz con destino al fin y aún hay quienes viven con prisa sin darse el regalo de percibir que cada día más es un día menos, porque la gente muere todo el tiempo, poco a poco y un poco más, cada segundo que pasa.
 
Respondamos para nosotros la pregunta: ¿Que estoy haciendo con el tiempo que me queda?
 
Te invito a reflexionar y ser proactivo…disfruta todo lo bello de esta vida aun teniendo poco o nada y aprovecha toda oportunidad de ser feliz y hacer felices a quienes te rodean.
 
 
ALUMNO: Edgar Guillen Gavilán 
I.E. Politécnico Nacional del Santa
DOCENTE ASESORA: Rosalia Villanueva Victorio

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