Opinión: nuestras vidas corren peligro con más de 100 Km/h de imprudencia

Chimbote en Línea.- Es prácticamente imposible para nosotros vivir sin los medios de transporte, niños, adultos y ancianos usamos diariamente autos, buses y combis para transportarnos, ya sea a nuestro centro de estudio, de trabajo, para un viaje, o ir al médico, etc. Y quizás no solo no vemos más de lo que nos permiten las ventanas del vehículo, sino que nos olvidamos que muchas veces nuestra vida corre peligro.

Hay algunos factores que determinan (aunque no lo quieran, e inconscientemente) el deseo de los pasajeros y choferes de tener más 100 Km/h de imprudencia, y luego terminar en la portada de un periódico o un reportaje televisivo.

La hora, infaltable preocuparnos por el tiempo que demoraremos en llegar a nuestro destino e incluso hacemos cálculos matemáticos y probabilidades para llegar “a tiempo” (no digo temprano, porque, si redundamos, eso es para algunos “perder el tiempo”), y yo me incluyo en ese grupo cada vez que voy a mi colegio que está en otro distrito.

La distancia, en especial si la conocemos, vamos “sacando nuestra cuenta”, y mirando a veces en el filo de la pista la estaca que marca cada kilómetro, esto solo nos provoca estrés y ansiedad, y a veces, puede pesar más que la propia vida.

La velocidad, quizá “lo más importante” y si tenemos la suerte de sentirnos cerca del chofer es a veces inevitable mirar el velocímetro o sino pedir al chofer que “avance” aunque se pase los 90 km/h (velocidad máxima permitida en el país).

Los pasajeros, exclusivamente para el chofer y cobrador, en especial cuando hay competencia, todo vale con tal de recoger a unos cuantos pasajeros y dejar “misios” a los de la otra empresa, no existen señales de tránsito o reglas que valgan.

Todo esto explica nuestros deseos y gestos de apuro, tardanza, falta, molestia y otras actitudes que sabiendo que están mal las hacemos y hasta culpamos a otros de no poder llegar a tiempo a nuestro destino.

Culpamos luego a los choferes por su imprudencia cuando nosotros la pedimos, o a las autoridades de no controlar el tránsito, a Dios por la muerte de accidentados, pero nos limpiamos las manos.

¿Vale más el “llegar a tiempo” que nuestra propia vida? Me lo pregunto porque todos los días encuentro una respuesta afirmativa en los rostros, gestos y comportamiento de quienes de una u otra manera usan los medios de transporte.

Yo también lo vi y lo hice, y sé que junto con usted amigo lector debo reflexionar mis deseos y actos y no poner en riesgo mi vida, aunque a veces no dependa de nosotros, y si lo digo no es hipocresía sino que soy consciente de mi culpa y del peligro que son +100 Km/h de imprudencia.

Yo vi, viví y pedí mas 100 Km/h de imprudencia
Los choferes también ven más 100 Km/h de imprudencia
Las autoridades cuando ven más 100 Km/h de imprudencia

ALUMNO: MARIO PEDREROS CARBONEL
GRADO: CUARTO
I.E: SAN JACINTO
PROFESOR ASESOR: ALBERTO MALABRIGO FLORES

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