Testimonio: En el Hogar de la Paz

Chimbote en Línea.-  Ofrece compasión cuando tú la necesites, ofrece amistad cuando te sientas solo y regala esperanza cuando a ti  más te haga falta, porque eso es vivir.

La vez primera que llegué al Hogar de la Paz junto a mis compañeros observé que habían varias mujeres con discapacidad, el profesor Chero ya nos lo había advertido con anterioridad, pero fue impactante de un modo u otro porque nunca había visto a tantas personas así juntas en un mismo lugar, no quiero decir que no me gustara su presencia, no, era todo lo contrario porque ellas son tan cálidas y alegres que uno olvida por completo sus dificultades.

Me han enseñado una gran lección de vida porque, imagínense, ellas a pesar de todo sonríen y son felices y viven el momento al máximo, en cambio existen en el mundo muchas personas que quizás no tengan una discapacidad física, pero que a veces la tienen en alma y lo demuestran cada vez que no ayudan a su prójimo, cada vez que se muestran indiferentes ante el dolor ajeno, cada vez que maltratan a los animales, cada vez que se olvidan de ser más humanos.

Pamela, ella está en silla de ruedas, pero aun así es capaz de sonreír, de jugar, de vivir. A veces me puedo sentir triste, pero cuando recuerdo a Pamela, a Gisela o a Melady siento que yo también puedo sonreír y que puedo alegrar a todas las personas de mí alrededor. En sus miradas comprendí cuán necesario es un abrazo, y lo cálidos que es.

Algunas personas a quienes he abrazado en mi vida, las he sentido frías o vacías, pero cuando abracé a cada una de ellas sentí cariño. Es raro, a mí me cuesta confiar en las personas, pero ellas son diferentes, ellas son cálidas. No puedo negar que cuando entré al cuarto de rehabilitación sentí miedo, pero no de ellas, sino del hecho de por qué ellas tienen que pasar por eso, no lo comprendí en aquel momento pero traté de que ese sentimiento desaparezca de mí, luego comprendo que Dios sabe lo que hace, que cada cosa que pasa Él ya lo ha dispuesto así, porque sin ellas no hubiera podido extrapolar el amor al prójimo que sólo lo conocía en teoría.

Agradezco a Dios por ponerme en ese lugar y enseñarme que todos merecen una vida de calidad por el simple hecho de ser sus hijos, no juzgo pero tampoco puedo comprender que tu propia familia te abandone, sé historias de las personas que están allí, algunas cuentan que sus familias las dejaron allí porque no podían cuidarla, pero que luego no volvieron.

Es triste ese aspecto. La vida no es siempre fácil, pero al final lo que en verdad importa son aquellas vidas que tocamos a lo largo del camino y la manera en cómo terminamos. Como dijo Nick Vujicic “la vida sin significado pierde toda esperanza y la vida sin esperanza carece de fe”, si nosotros encontramos la manera de contribuir al mundo también encontraremos esperanza y fe.

Alumna:   Karen Jhanet Sandoval Noriega
Grado:   5° secundaria
Colegio:   I.E.P.P. Mundo Mejor
Profesor asesor:  Juan Miguel Paredes Arana 

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