Escándalo en la jerarquía peruana (video)

Chimbote en Línea (Cuestión de fe - Por: Francisco José Fernández de la Cigoña)  El dichoso canon 401.2 respecto al cese de obispos por enfermedad u otra causa grave sigue mezclando a dignísimos obispos, o al menos dignos, a los que la falta de salud les impulsa a pedir la renuncia de su ejercicio episcopal, en una decisión que les honra, con otros indeseables que son una vergüenza en la sucesión apostólica.

Y una vez más protestamos de que se les reuna a todos en el mismo cajón de sastre porque los enfermos no se merecen que se les mezcle con sinvergüenzas, caraduras, hipócritas redomados y demás fauna de indignidades episcopales.

Ahora en Perú se acaban de producir dos casos lamentables que hieren gravemente a aquella Iglesia y que bien cortados están aunque mejor hubiera sido que esos dos sujetos no hubieran llegado a obispos. Verdaderamente se lucieron quienes les recomendaron. Y bueno hubiera sido que lo que lo que acaba de ocurrir se hubiese anticipado en el tiempo.

Se trata de dos obispos jóvenes, hoy con 49 y 53 años, que llegaron al episcopado en 2009 y 2004, nombrados por tanto por Benedicto XVI el uno y Juan Pablo II el otro, y que prometían brillantes carreras episcopales. Eran sin embargo manzanas podridas.

Y que vivían felices esa condición. Dispuestos a prolongarla lo que durara. Sin que les importara nada Dios, la Iglesia peruana y sus fieles. Y en estos casos sus hermanos en el episcopado, por indigno que fuera el suyo, deberían cortar cuanto antes esas situaciones que también les afecta a ellos.Porque no pocos pensarán que son todos iguales. Y afortunadamente no lo son.

Los impresentables son el hasta el pasado 20 de julio obispo castrense, Guillermo Abanto Guzmán, de 49 años, obispo desde el 2009 y el auxiliar de Ayacucho, Gabino Miranda Melgarejo, de 53 años, obispo desde 2004.

Lectores de Perú me dicen de ellos lo siguiente:
Guillermo Abanto Guzmán (obispo castrense)
Gabino Miranda Melgarejo (obispo auxiliar de Ayacucho)

El primero por tener un hijo y este asunto esta judicializado en lo civil. El segundo por tener sexo con menores de edad y mayores de edad también. Y lo mas grave por solicitación en confesión".

Del primero consta, como dije, la aceptación de su renuncia en Catholic-Hierarchy. Mi informador me dice que ha sido secularizado mientras que en la página citada figura como obispo emérito.
Del segundo no dice nada la web  que cito que sigue considerándole obispo auxiliar de Ayacucho pero de la página de la Archidiócesis, Arquidiócesis como allí dicen, ha desaparecido. Ahora no estoy en situación de ponerme a buscar si en el Boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede figuró la aceptación de su renuncia.

Si en lo que he expuesto hubiera alguna inexactitud por supuesto que sería inmediatamente rectificado. Pero si todo es cierto no hay derecho a que se nos haga pasar a los fieles por este bochorno. Ni a la Iglesia. El nombramiento de obispos adolece de muchos defectos. Que deberían subsanarse. Y si hay nuncios que no se enteran de nada, o enterándose lo ocultan, parece evidente que no son los adecuados para ese desempeño. Cierto que un candidato que reúne todas las garantías después puede extraviarse.

Pero me da la impresión de que unos cuantos de los que llegan a obispos no tienen ni las mínimas exigibles. Y posiblemente, salvo casos muy excepcionales, sería bueno demorar la edad episcopal. Para garantía de una vida limpia más prolongada en el tiempo. Que en la Iglesia el sexto es un mandamiento divino. Y no deben ser los obispos quienes hagan irrisión de él. (Publicado en el Blog La cigueña de la torre) 

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