Recordando 22 años del martirio del Padre Sandro Dordi, un hombre de Dios

Chimbote en Línea (Cuestión de fe) Por: P. Giovanni Sabogal Osorio.  Padre Sandro fue y será siempre un Hombre de Dios, un hijo amado de nuestro creador, para cada uno de nosotros que lo conocimos. Como no tenerlo presente, como no recordarlo siempre, como no agradecerle de todo corazón a Dios, por habernos dado a un hijo, a un hermano, a un amigo, a un misionero, a un hombre de Dios, como eres tú querido Padre Sandro.

Padre Sandro vino desde Bérgamo (Italia) a nuestra amada tierra de Santa, a tu querida parroquia Señor Crucificado de Santa en 1,980 y desde esa fecha hasta el 25 de Agosto de 1991 entregó su vida día a día por Dios y su comunidad, no tuvo miedo de darse por nosotros, por dedicar su tiempo por los más pobres.

Tú serás siempre Padre Sandro un Buen Pastor, un misionero a carta cabal, que visitabas a todo el valle de Santa y siempre lo hacía con todo su amor. Como no recordar tu preocupación por el pan espiritual y el pan material para todos tus hijos, todos tus fieles de tu parroquia, de todo su valle y sus comunidades.

El Padre Sandro nos enseñó a darle un tiempo a Papá Dios, como él se merece; amarlo con todas las fuerzas y la pasión y a nuestro prójimo. Recuerdo y todos recordamos con amor y gratitud a Papá Dios por darnos a un amigo, a un hermano en la fe, a un servidor de Papá Dios y a un seguidor e imitador de Cristo, Nuestro Señor.

Se hizo uno nuestro con su sencillez, su humildad, su servicio, su bondad y fue un verdadero mensajero de Dios, apóstol de los pobres y de los enfermos. Como no recordar sus yanques, su sombrero…

Su vida insertada y compenetrada en nuestra comunidad, en nuestras familias y en cada uno de nuestros corazones. Se preocupó para que todas las comunidades tengamos un lugar para Dios y para nosotros mismos en nuestra formación cristiana.

Son innumerables tus obras Padre Sandro… como no recordar el botiquín parroquial, el club de madres, los talleres, los cursos de alfabetización, manualidades, primeros auxilios, los centros de formación, sus capillas, el CEO, etc.

Trabajaste en la viña del Señor, como Jesús, el Buen Pastor con nuestras familias, especialmente con la catequesis familiar, los acólitos donde participábamos y con todos los grupos parroquiales y sus comunidades con la ayuda de las hermanas pastorcitas, de la hermana Camila, de todos los agentes pastorales.
El Padre Sandro fue un hombre multifacético, un amante de la creación de Dios. Nos llevaba a admirar y a contemplar su creación. Íbamos al campo, a la playa, al río, a la chacra, al cerro, etc. Le gustaba el deporte, pintar, bailar, caminar, trotar, etc. Era y será siempre un hombre multifacético de Dios.

No tengo palabras para describir realmente todo lo que hizo, fue y será Padre Sandro para nosotros. Nos enseñó a amar a Dios y amar a nuestro prójimo. No sólo nos invitó con sus palabras sino también con su ejemplo. Nos enseñaba a orar, a vivir nuestra fe, a leer siempre la Palabra de Dios, a vivir la Eucaristía con amor y pasión.

El Padre Sandro fue un hombre de oración, porque siempre lo veíamos en las primeras bancas del templo parroquial orando ante Jesús Sacramentado, ante el Señor Crucificado de Santa. Te veíamos orando también en el campo, en el arenal, en el cerro de la juventud, en la playa y en todo lugar se ponía en sintonía y comunicación con Papá Dios.

El Padre Sandro fue un verdadero trabajador, un campesino más que me enseñaste y nos enseñaba a ser responsables de nuestros actos, amar a nuestra parroquia, a tener mucho cuidado y respeto con la casa de Dios… a amar a nuestra tierra, a nuestros padres, a nuestra familia y a nuestro prójimo. Él fue y será siempre un verdadero sacerdote a los ojos de Dios y de todos los hombres y mujeres que lo conocimos.

Gracias Padre Sandro… Tú fuiste y serás fuente de inspiración para cada uno de nosotros y ser hombres y mujeres de bien como nos enseñaste… Intercede por nosotros tus hijos Padre Sandro especialmente por los más necesitados, los pobres, los enfermos y por mí indigno siervo de Dios, por mi salud… ayúdame, ayúdanos a seguir a Jesús, nuestro amado Señor y Redentor.

Un domingo 25 de Agosto de 1991 después de celebrar la Santa Eucaristía en Vinzos viniendo a tu tierra amada de Santa nos enteramos que hermanos nuestros adelantaron tu partida a Dios y todos lloramos tu muerte, pero dentro de nuestros corazones había paz y esperanza porque sabemos que estás a la diestra de Dios esperándonos y pidiendo por cada uno de tus fieles.

Nos dejaste Padre Sandro… solamente adelantaron tu vida con Dios y nos dejaste una gran enseñanza… tu amor por Cristo y por tus semejantes. El Padre Sandro fue y será siempre un Hombre de Dios, un hijo amado de nuestro creador. (Publicado en www.obispadodechimbote.org)
 

Comentarios

Comentar