Chimbote en Línea (Por: Fray Héctor Herrera) Uno de los problemas que nos preocupa a todos en el país es la inseguridad ciudadana. Toda persona tiene derecho a la vida y a su integridad física, sicológica, moral. Y uno de los deberes primordiales del Estado es proteger y defender la vida de la persona humana. Y de crear las condiciones para una sociedad estable donde la paz social sea fruto de la justicia y de velar porque sus ciudadanos vivan protegidos y en paz.

El Perú se torna un país vulnerable, cada día se da una violencia cotidiana, cuyas causas hay que verlas, según algunos analistas en la pobreza, el desempleo, la desestructuración de la familia, la falta de educación.

Hoy se vive un clima de violencia tal, como son el sicariato, la criminalidad, los asaltos y robos y no se dan aún respuestas serias a este problema donde la vida humana está en juego.

Se han propuesto planes contra la inseguridad ciudadana, pero que requiere el esfuerzo de todas las instituciones públicas, privadas, educativas, organizaciones de los pueblos, autoridades locales y regionales para afrontar uno de los serios problemas que aquejan al país.

Si miramos con objetividad al ser humano, como criatura de Dios, imagen y semejanza de Él, que merece la protección y el respeto del Estado, éste tiene que poner todos los medios y recursos a fin de que se desarrolle junto a todas las instituciones comprometidas y religiosas en una educación de valores de amor, de respeto, de justicia y de paz.

Es decir no podemos decir que vivimos en paz, mientras no se proteja la vida y la libertad de los ciudadanos. Emprender una educación y una cultura de paz es una de las metas que todos debemos proponernos. 

No basta con aumentar las penas a quienes delinquen para que vuelvan a delinquir, sino como se les educa en los centros de reclusión, como se les orienta sicológica, espiritualmente y como se los promueve hacia el trabajo y el bien común. Esto requiere de una reforma integral en todas las estructuras sociales.

¿Cómo educar en una cultura de paz y de defensa por la vida?.  Comencemos por la familia, evitando la violencia física, verbal, sicológica y moral, donde todas las instituciones deben poner todo su empeño. La lucha contra la pobreza, no sólo de darle una dádiva, sino como educar en proyectos de desarrollo y promoción de la persona.

Y frente a tanta violencia, los medios de comunicación social tienen un rol importante en la educomunicación de valores y de respeto a la dignidad de la persona para crear un ambiente de seguridad, protección del ciudadano.

“En medio de las perturbaciones e incertidumbres de la hora presente, la Iglesia tiene un mensaje específico que proclamar, tiene que prestar apoyo a los hombres en sus esfuerzos por tomar en sus manos y orientar su futuro. (Sollicitudo Rei Socialis, n. 1)