"La ética médica orienta la conducta de los médicos hacia el bien"

médicos laboratorioEl 5 de octubre, recordamos al mártir de la medicina peruana Daniel Alcides Carrión, que ofrendó su vida en 1885. Su vida fue transformada por la fe en Cristo, porque amó la investigación y quiso experimentar en su propia vida, los síntomas de la verruga peruana. Y nos dejó un hermoso testimonio: "Aún no he muerto. Amigo mío; ahora les toca a ustedes terminar la obra comenzada, siguiendo el camino que les he trazado”.

Por: Fray Héctor Herrera OP

Hoy queremos reflexionar en aquél que pasó haciendo el bien, sanando a los enfermos, dando alegría, ánimo y restituyéndolos a la comunidad.  Son diez leprosos, excluidos de la sociedad, que se acercan a Jesús para ser sanados.

Y sólo un samaritano, vuelve y glorifica a Dios, por haber sido sanado. Jesús le ordena: ¡Ponte de pie, tu fe te ha salvado!.

“La puerta de la fe” (cf. Hch 14,27), nos introduce en la comunión con Dios y con nuestros hermanos. Este hombre que había sido sanado cruza el umbral de la fe, porque la Palabra de Dios lo había tocado y se deja transformar por su gracia.

“El médico recibe la ciencia de Dios”. Fe y ciencia van unidas, porque van en busca de la verdad y de la razón para proteger y defender la vida de todos.

Con razón la declaración de principios del Código médico del Perú. Código de ética y Deontología, señala:

“La ética médica orienta la conducta de los médicos hacia el bien, busca lo correcto, lo ideal y la excelencia. La deontología médica regula los deberes de los médicos.

El Código de Ética y Deontología, para el cumplimiento de sus fines, contiene un conjunto de preceptos que, por su aplicación, garantiza un ejercicio profesional competente, honesto y honorable de los miembros de la Orden médica. Rige para todos los colegiados y concierne al ámbito de la moral individual y ética personal y social del médico.

La medicina es ciencia y arte y, como tal, se orienta al logro de la más alta calidad de vida, se fundamenta en el respeto a las personas y la dignidad humana.

La medicina es una profesión humanista que trata y respeta la individualidad y la integridad moral, psíquica, física y social de las personas, como expresión de su derecho a la salud.

Su misión es preservar la salud y, cuando ello no es posible, aliviar las dolencias y, en todos los casos, consolar a los pacientes y familiares. El respeto a los pacientes, su familia, los colegas y otros profesionales y técnicos de la salud hace de la medicina una disciplina paradigmática del desarrollo humano.

La medicina, tradicionalmente, se rige por los principios de beneficencia que consiste en la búsqueda del bien para el paciente y la no maleficencia que consiste en evitar cualquier forma de daño o lesión”.

Ustedes queridos y queridas jóvenes, mujeres y varones son un nuevo potencial para el país, que necesita no sólo una salud física, sino una salud mental, moral, sicológica y social, que esté inspirada por una constante investigación, frente a los avances científicos y tecnológicos, pero sobre todo animada por el principio de solidaridad y de una relación horizontal entre el paciente y la sociedad. (Homilía de fray Héctor Herera O.P. en la Facultad e Medicina de la Universidad San Pedro)