Servir es dar vida

Chimbote en Línea (Por: fray Héctor Herrera) Jesús camino a Jerusalén; les explica a sus discípulos el tercer relato de su pasión. Ellos no entienden, van discutiendo, como nosotros, quien ocupará el primer puesto. De esto nos habla Mc 10,35-45. Se le acercan Santiago y Juan y le dicen: “Maestro, concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda” (V. 37). Sus intereses personales priman y no van con el proyecto de Dios.

Jesús nos enseña: seguirlo no es buscar poder, sino una opción de una nueva vida. Esto provoca la celosía de los demás que se enojan, como lo hacemos nosotros, cuando no pensamos que el camino de la gloria pasa por el camino de la cruz.

Jesús que conoce muy bien los abusos de Herodes Antipas y de las familias poderosas de Galilea, nos enseña que los “gobernantes dominan a las naciones como si fueran dueños de ellas, imponen su autoridad” (v.42). Entre sus discípulos “No será así” (v.43). Porque la Iglesia no se construye como un poder que impone, sino se construye desde la humildad, el servicio a los más sencillos, “porque quien quiera llegar a ser grande que se haga el servidor de los demás” (v.44). Así lo han entendido los discípulos y misioneros a lo largo de la historia. Emma era una hermana del Verbo encarnado, se encarnó en medio de los pobres. Con que amabilidad y alegría atendía a los pobres enfermos, niños y ancianos que venían a la posta médica Santa Clara y compartía con amor el servicio de Jesús y dio su vida por ellos.

Jesús nos testimonia a todos sus discípulos, seguirlo es aprender de él que ha venido “no a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos” (v. 45). Es la experiencia de conversión y de identificación con nuestro maestro Jesús, la que tiene que orientar a toda su Iglesia, en los diferentes ministerios que nos desempeñemos como laicos, religiosos, as, sacerdotes, obispos aprender a “practicar las bienaventuranzas del Reino, el estilo de vida del mismo Jesucristo: su amor y obediencia filial al Padre, su compasión entrañable ante el dolor humano, su cercanía a los pobres y a los pequeños, su amor servicial hasta el don de su vida”(D.A. No. 139).

Una nueva evangelización sólo será creíble si somos testigos de la vida. Si sabemos servir con amor y misericordia a los más pequeños. Si sabemos defender y valorar la vida frente a tanto desprecio de la vida e irrespeto a los derechos más fundamentales del ser humano. Servir con alegría es dejarnos evangelizar por los más sencillos que son una buena noticia de que la vida de Dios brota donde hay la alegría de dar, de comunicar, educar y promover el crecimiento y la libertad de cada ser humano para hacer una comunidad fraterna, solidaria y que en el día a día refleja el amor de Jesús.

En este Día Mundial de las Misiones, todos estamos llamados a ser misioneros: “La misión es una pasión por Jesucristo, pero al mismo tiempo es una pasión por su pueblo. San Pablo decía: ¡Ay de mí, sino anuncio el evangelio!(1 Cor 9,16). El Evangelio es fuente de alegría, de liberación y de salvación para todos los hombres. En el inmenso campo de la acción misionera todo bautizado está llamado a vivir lo mejor posible su compromiso, según su situación personal” (Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de las Misiones 2015).

DOMINGO 29 T.O. B. D. 18.10.2015. MC. 10,35-45

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