Anunciar con alegría

Chimbote en Línea (Por: fray Héctor Herrera OP) Jesús cumple la misión de Dios su Padre. Quiere que sus discípulos continuemos esta misión con alegría. Los envía de dos en dos como signo de apoyo y comunión, nos dice Mc 6,7-13

Les da el poder sobre los espíritus inmundos (v. 7). No es el poder ni el dominio de los poderosos de este mundo, es el mensaje de libertad, amor, vida, compasión. Esto nos exige estar unidos a Cristo. “La primera motivación para evangelizar es el amor a Jesús que hemos recibido, esa experiencia de ser salvados por Él que nos mueve a amarlo siempre más. Nos hace falta clamar cada día, pedir su gracia para que nos abra el corazón frío y sacuda nuestra vida superficial” (E.G. 264) Esta  vivencia profunda de la oración es la que nos motiva a anunciar con fe y alegría, como nos  recuerda el Papa Francisco: ¡Cuánto bien nos hace dejar que Él vuelva a tocar nuestra existencia y nos lance a comunicar su vida nueva! La mejor motivación para decidirse a comunicar el Evangelio es contemplarlo con amor, es detenerse en sus páginas y leerlo con el corazón” (E.G. 264)

Otra condición para anunciar con alegría la Buena Nueva de Jesús es el desprendimiento (v.9) y la libertad de espíritu. Es dejarnos guiar por el Espíritu de Dios para cumplir la misión de ser una Iglesia profética que expulse los espíritus malos, el pecado de las indolencias, injusticias y falta del respeto por la vida huma que excluye cada vez más a los pobres, como muy bien nos recuerda el pastor Francisco: “Hoy, vengo como testigo de la misericordia de Dios y de la fe en Jesucristo. 

En el Evangelio encontramos las claves que nos permitan afrontar los desafíos actuales, valorando las diferencias, fomentando el diálogo y la participación sin exclusiones, para que los logros en progreso y desarrollo que se están consiguiendo garanticen un futuro mejor para todos, poniendo una especial atención en nuestros hermanos más frágiles y en las minorías más vulnerables” (Discurso a su arribo a Quito-Ecuador 05.7.2015).

El anuncio del reino es testimonio de vida y una identificación con los más pobres, como lo hizo su maestro; porque la historia humana encuentra su pleno sentido en Cristo (Ef. 1,10).

La misión de la Iglesia, es anunciar la buena nueva que es la liberación integral de todo ser humano. Por eso Jesús les da a sus discípulos el poder de llamar a un cambio de vida, sanar a los enfermos y expulsar a los demonios (v.12-13).

La Iglesia tiene conciencia que sólo será creíble, si es fiel a su misión: "Porque, si evangelizo, no es para mí motivo de gloria, sino que se me impone como necesidad. ¡Ay de mí, si no evangelizara!" (1 Cor. 9,16). Y estar abierta a los retos y problemas del mundo de hoy. Evangelizar es vocación propia de la Iglesia. “Ella existe para evangelizar, es decir, para predicar y enseñar, ser canal del don de la gracia, reconciliar a los pecadores con Dios, perpetuar el sacrificio de Cristo en la santa Misa, memorial de su muerte y resurrección gloriosa. (E.N. 14)

“Evangelizar significa para la Iglesia llevar la Buena Nueva a todos los ambientes de la humanidad y, con su influjo, transformar desde dentro, renovar a la misma humanidad: "He aquí que hago nuevas todas las cosas" (2 Cor 5,17)” (E.N.18)

DOMINGO 15 T.O. CICLO B. D. 12.07.2015. MC. 6,7-13

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