Chavín de Huántar
Chavín de Huántar es un sitio arqueológico que funcionó como centro ceremonial y de peregrinación construido por la sociedad cultural preínca Chavín, que se desarrolló en el periodo denominado Horizonte Temprano, entre los años 1,500 y 300 antes de Cristo.
Descubierta y estudiada inicialmente por el célebre Julio C. Tello, el padre de la arqueología peruana, la cultura Chavín es considerada una cultura matriz y la primera gran cultura unificadora de los Andes.
El sitio arqueológico está ubicado en el distrito de Chavín de Huántar, en la provincia de Huari del departamento de Áncash, en la confluencia de los ríos Huachecsa y Mosna, tributarios al río Marañón, sobre el flanco oriental de la Cordillera Blanca y el Callejón de Conchucos, a una altitud de 3,180 metros sobre el nivel del mar.
Tiene una extensión de 14.79 hectáreas y un perímetro de 1,911 metros. Este lugar acogió a personas de diferentes latitudes, distancias e idiomas, convirtiéndose en un importante lugar de convergencia cultural y religiosa en el antiguo Perú.
Chavín de Huántar está conformado por un conjunto de estructuras, entre las que destaca el llamado Castillo o Templo Mayor cuya arquitectura monumental se revela a través de las plataformas, escalinatas, plazas y atrios que permitieron albergar a cientos de personas.
Los pasajes, galerías y ductos de acceso restringido fueron utilizados por los sacerdotes que dirigían el culto para persuadir a los devotos seleccionados, a través de diversos ritos y efectos sensoriales de los valores de su religión, aislando de esta manera las actividades del mundo externo y del interno, de la luz y de la oscuridad.
Esculturas emblemáticas
En el interior del Castillo de Chavín de Huántar se encuentra el Lanzón de Chavín cuya pieza de granito mide 4.53 metros de alto y representa un ser con atributos humanos y zoomorfos.
La cabeza tiene casi un metro de altura, sus ojos miran hacia arriba, las manos tienen cinco dedos, el brazo derecho está levantado con la mano abierta y la palma hacia el observador, mientras que el brazo izquierdo está hacia abajo, con el dorso de la mano visible. Porta ornamentos como pendientes, brazaletes, tobilleras y una especie de falderín con adornos. La cabeza está decorada (con la cruz inca o chacana, y la larga cabellera está formada por serpientes en movimiento).
En uno de los muros exteriores del recinto se ubica una cabeza clava, el cual fue tallada en roca volcánica, en caliza y en arenisca. Representa un rostro humano con rasgos de animales como el jaguar u otorongo y la serpiente, considerados deidades en el antiguo Perú.
Desde 1919 Chavín de Huántar fue investigada por Julio C. Tello, quien realizó tareas de conservación en el monumento. El 17 de enero de 1945, Jorge C. Muelle comisionó a Marino González para que retirara del sitio los estratos aluviales (1955) ocasionados por la Laguna Rurec. Esta obra se prolongó hasta 1965, y puso al descubierto la portada del Castillo, bautizada como la “portada de las Falcónidas”.
Entre 1966 y 1973, un equipo de arqueólogos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, encabezado por Luis Lumbreras y Hernán Amat Olazábal, excavó en el sitio y amplió el conocimiento sobre los pasajes y recintos interiores del santuario. En los años 1970 y 1980 Richard Burger realizó excavaciones estratigráficas, que condujo a clarificar las secuencias del desarrollo de la cerámica del lugar. De 1980 a 1982 se desarrolló el Proyecto Arqueológico Chavín de la Universidad Nacional Federico Villarreal, auspiciado por la Fundación Volkswagenwerk y dirigido por Federico Kauffmann Doig.
Desde 1994, el arqueólogo Norteamericano John W. Rick desarrolla un programa de investigaciones en Chavín de Huántar, con el auspicio de la universidad de Stanford, que permitió descubrir las galerías subterráneas “Las Caracolas”, “La Capilla” y la Plaza y galería de la explanada. En 2019 a través del proyecto de investigación arqueológica y conservación Chavín de Huántar se procedió a excavar una galería en la que hallaron dos cabezas silbadoras, lajas parecidas a la Estela Raimondi, chaquiras y un mortero de piedra con características de un cóndor. Por tal motivo denominaron a la nueva galería “El Cóndor”.
Importancia de Chavín de Huántar
El sitio arqueológico Chavín de Huántar fue inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco en 1985, al cumplir el criterio III de selección establecido por las Naciones Unidas.
Este criterio establece que el bien cultural inscrito posee un gran valor universal excepcional al aportar un testimonio único o al menos excepcional de una tradición cultural o de una civilización viva o desaparecida.
"El sitio arqueológico Chavín, epónimo de una de las civilizaciones más antiguas de Sudamérica, es un ejemplo excepcional de las creaciones arquitectónicas, tecnológicas y simbólicas de las sociedades precolombinas tempranas de los Andes peruanos. Su aspecto es imponente, integrando una serie de montículos y plazas, sistemas complejos de galerías internas, y tallas líticas con diseños antropomorfos y zoomorfos de extraordinaria belleza”, señala el documento que oficializa su inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.
La característica más relevante de Chavín, y uno de los atributos más destacados de su Valor Universal Excepcional, es el complejo sistema de galerías internas superpuestas en varios niveles de los edificios, que sirvió para el desarrollo de los rituales de iniciación y culto. La exquisita iconografía plasmada en piedra expresa y sintetiza la visión del mundo Chavín y decora bellamente la arquitectura.
¿Cómo llegar a Chavín de Huántar?
Para llegar al sitio arqueológico Chavín de Huántar desde la ciudad de Lima hay que viajar primero a la ciudad de Huaraz, capital del departamento de Áncash. Existen dos maneras: por vía terrestre en un recorrido de 404 kilómetros que demanda 7 a 8 horas en auto o bus a través de la carretera Panamericana Norte y luego por las rutas nacionales 1N y PE-16 que parten desde la provincia ancashina litoral de Casma.
También se puede viajar por la carretera Carhuaz-Chacas-San Luis o ruta departamental AN-107 que es una vía asfaltada de penetración que recorre las provincias peruanas de Carhuaz, Asunción y Carlos Fermín Fitzcarrald atravesando la Cordillera Blanca, en la región Áncash.
Al llegar a Huaraz hay que emprender otro trayecto de aproximadamente tres horas por una autopista asfaltada hasta llegar al distrito de Chavín de Huántar.
La otra opción es viajar por vía aérea desde el aeropuerto Jorge Chávez del Callao hasta el terminal aéreo Comandante FAP Germán Arias Graziani, en el distrito de Anta, ubicado a solo 30 minutos de la Plaza de Armas de la ciudad de Huaraz. (Fuente: Andina)
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