Las palabras del Papa sobre los homosexuales

Chimbote en Línea (Cuestión de fe)  Gran revuelo causaron algunas declaraciones del Papa Francisco, en la entrevista que dio a los periodistas durante su regreso de Brasil a Roma, sobre todo en cuanto a su postura ante los homosexuales. Algunos dijeron que, por fin, la Iglesia se abría en este asunto y que aplaudían el cambio.

¿Qué dijo el Papa sobre los homosexuales? Textualmente respondió: “Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buenas intenciones, ¿quién soy yo para juzgarla?

El Catecismo de la Iglesia Católica explica de modo tan hermoso esto, y dice: "no hay que marginar a estas personas por esto, deben ser integradas en la sociedad". El problema no es tener esa tendencia, no, tenemos que ser hermanos... El problema consiste en hacer lobby por esta tendencia. Este es el problema más grave para mí”. Hacer lobby significa presionar en forma organizada para que se vea como algo normal; por ejemplo, para que se les permita unirse en matrimonio y adoptar niños.

¿Qué dice explícitamente el Catecismo de la Iglesia Católica? “La tradición ha declarado siempre que los ‘actos homosexuales son intrínsecamente desordenados’. Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Las personas homosexuales están llamadas a la castidad” (extractos Nos. 2357-2359).

En otras palabras, se condena el pecado, no al pecador. No puede ser otro nuestro proceder humano y pastoral. A quienes tienen tendencias homosexuales, les hemos de escuchar, atender, comprender, respetar y ayudarles a descubrir la raíz de su situación.

Hemos de invitarles a vivir en castidad, pues pueden llegar a ser santos y hacer mucho bien a su alrededor. Pero no podemos afirmar que todo se vale, que cada quien sea como quiera y haga lo que le dé la gana. Esto no es conforme con el Evangelio. El amor pastoral siempre debe ir conforme a la verdad de lo que Dios quiere. (Por: Monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de Las Casas) 

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