Educación vs Corrupción: es el momento de alinearse y jugar el gran partido

Chimbote en Línea (Por: P. Jaume Benaloy Marco)   ¿Quién jugará la final del Mundial Brasil 2014? A mí, personalmente, ¡cuánto me gustaría ver en la final de todos los mundiales, frente a frente, a dos de las selecciones más poderosas de la actualidad: el equipo de los educadores versus la pandilla de los corruptos. ¿Quién crees que ganaría? ¿A quién le harías barra? ¿En cuál estarías dispuesto a ponerte la camiseta y dejarte la piel?

Al ver jugar a nuestros países vecinos en el Mundial, lamentamos una vez más que la selección peruana no llegó ni siquiera a clasificarse. Pero más triste todavía resulta ver que el Perú, como España y otros tantos países, se hayan convertido en miembros destacados del combinado de los corruptos.

El mismo Contralor General de la República, Fuad Khoury, afirmó que “la corrupción sobrepasó a la capacidad operativa de la contraloría” ante los numerosos y graves escándalos que salpican el territorio nacional. Para muchos el proceso de regionalización ha fracasado y, en lugar de una más justa redistribución de la riqueza, ha descentralizado los malos manejos, expandiendo la corrupción por todo el país.

El incontable número de escándalos destapados por la prensa y los numerosos procesos abiertos en los tribunales de justicia, con significativos detenidos ya en los penales, son una muestra de cuán extendida y “aceptada” está la cultura del soborno, la coima y los diezmos (aunque algunos ya hablan del 30%).

Cuando nos disponemos a celebrar fiestas patrias, ¿qué podemos hacer para enfrentar a la poderosa y omnipresente selección de los corruptos? ¿Cuál será la mejor estrategia para vencer, de una vez por todas, y ganarle la final y para siempre?

Hay quien sugiere más control frente a tanto descontrol. Hay quien desaconseja la reelección inmediata de presidentes regionales y de todo tipo de cargos que puedan desembocar en actos de corrupción. Sin duda, éstas pueden ser propuestas positivas y necesarias, pero claramente insuficientes.

Sin una cultura de transparencia y rendición de cuentas, no podremos cantar victoria. Pero para ganar realmente la final y vencer a la corrupción es necesario promover, a nivel personal e institucional, las virtudes humanas, el autocontrol y la honestidad, la búsqueda del bien común y el desinterés en el servicio público, la vocación de servicio y la responsabilidad. Y todo esto no será posible sin una apuesta decidida y firme por la educación. Sin un buen equipo de educadores (no solo docentes), seguirá triunfando la corrupción, la injusticia y la impunidad.

Asimismo, el Papa Francisco, comentando la historia de Nabot y el rey Ajab (cf. 1 Reyes 21,1-29) advirtió que “todos somos tentados a la corrupción” y que “el único camino para salir de la corrupción, el único camino para vencer la tentación y el pecado de la corrupción, es el servicio”. Por otro lado, reiteró que para los corruptos sólo hay una salida: “pedir perdón”, de lo contrario se encontrarán con la maldición de Dios.

Quien es corrupto “escandaliza a la sociedad, escandaliza al pueblo de Dios. El Señor anuncia el castigo de los corruptos”. Es por ello que el Papa nos exhorta a pedir la gracia de no convertirnos en corruptos y nos pide rezar por la conversión de los que ya se corrompieron.

Se acerca la hora de la final, ya está aquí. Es el momento de alinearse y jugar el gran partido. Solo una educación íntegra e integral será capaz de vencer la corrupción. La celebración de fiestas patrias es ocasión propicia para levantar la bandera de la Educación, sí, Educación con mayúsculas y todas la letras, sin reduccionismos ni siglas políticas partidistas. Solo un pueblo educado es realmente libre.

Solo una apuesta por la educación nos permitirá cantar sin traición el Himno Nacional. Frente a la corrupción, comenzaré a soñar con la victoria final si en el próximo discurso presidencial juega su mejor partido la Educación.

(Publicado en Emaús, Arzobispado de Trujillo - Julio, 2014)

 

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