Fin del mundo... Sólo Dios sabe el día y la hora

(Por: P. Jesús Álvarez) Jesús respondió muy claro a quienes le preguntaron sobre la fecha del fin del mundo: "De aquel día y la hora, nadie sabe nada, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo del hombre, sino sólo el Padre". En san Mateo cap. 24, vers. 35, en Lc 21, 23, y en Mc 13,33, Jesús confirma la infalibilidad de sus palabras sobre el fin del mundo: "El Cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán".
Resulta inútil y falso fijar fechas y calendarios, como las han fijado falsos profetas a través de los siglos, con desacierto total. Y otros seguirán fijándolas, y mucha gente crédula les hará caso, dejándose engañar.

El Apocalipsis, que es el libro de la esperanza y de la gloriosa venida de Cristo resucitado al final de los tiempos, describe en lenguaje profético -a veces difícil de entender- lo que sucederá en el fin del mundo, pero no fija fecha alguna.

Las exhortaciones amorosas de Jesús a estar preparados, se imponen ya hoy y siempre, pues el día y la hora del final del mundo para cada persona humana será la muerte, que hará desaparecer de su vista la tierra y todas las realidades de este mundo. Pero por la fe sabemos que la muerte es la puerta de la resurrección y de la vida eterna.

Lo que sí hay que tener son las llaves de esa puerta: fe, esperanza y amor hechos vida y obras. El amor a Dios y al prójimo, son los dos amores que nos garantizan la salvación a través de la muerte natural o al fin del mundo. Sobre las velas y el agua bendita Jesús no ha dicho nada, y tampoco los apóstoles y evangelistas.