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Día del Campesino: Fausta Callupe produce en Pasco 360 variedades de papa nativa

Chimbote en Línea.- Fausta Callupe Álvarez, de 70 años, usuaria del Programa Nacional de Asistencia Solidaria Pensión 65, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) y conocida como la ‘Guardiana de la Papa Nativa’, vive a más de 3700 m.s.n.m., en el centro poblado Bellavista, del distrito de Paucartambo, en la provincia y región Pasco, donde siembra y cosecha 360 variedades del principal tubérculo en la alimentación de peruanas y peruanos.

En el Día del Campesino, resalta la figura de la señora Fausta, quien participa en ferias agropecuarias que se realizan en esa zona pasqueña y, considerada adulta mayor emblemática de la región, ha recibido numerosos homenajes y reconocimientos de parte de diversos gobiernos locales en mérito a su labor de conservación y protección de la biodiversidad, centrada en el cultivo de la papa nativa.

“Mis abuelos y mis padres me enseñaron a trabajar la tierra y a producir papas nativas, pero sobre todo me enseñaron a tener cariño a estos productos. Ahora estoy transmitiendo esos conocimientos ancestrales a mis nietas y nietos”, dice doña Fausta con una mezcla de orgullo y voluntad mientras selecciona papas sobre la Pachamama. Entre las principales variedades de papa nativa que cultiva destacan la chaulina, qeqorani, leona, wenccos, peruanita, huayro, caspas, y gaspar.

Año a año, Fausta fue acopiando variedades hasta convertirse en un baluarte de la conservación de las papas nativas, productos que están en la primera línea de batalla contra el hambre y son considerados como un legado andino para el mundo. Ella representa la lucha de las mujeres peruanas, especialmente de las adultas mayores, para salir de la pobreza a través de una actividad que contribuye a la seguridad alimentaria. “El principal apoyo que requiero es abono”, señala Fausta.

La pandemia no la detuvo
La pandemia de la COVID – 19 no detuvo su labor de cuidado de la papa nativa, fuente abundante de nutrientes. La señora Fausta inició su actividad agrícola hace varias décadas junto a su esposo, quien falleció justo antes de la llegada de la pandemia, y hoy está heredando sus saberes sobre la producción de las distintas variedades del tubérculo a su hija y a sus dos nietas y dos nietos, con quienes ahora trabaja la tierra.