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Atleta calificado destaca en sus estudios y sueña con llegar a juegos olímpicos

Chimbote en Línea.- “Corre, José Luis, corre”, fueron las palabras que recordó José Luis Chaupín Huamani segundos antes de llegar a la meta en los Panamericanos Junior Cali–Valle 2021. Era la voz de su abuelita Felicita, con quien de niño recorría largos tramos para llegar a su casa, en Cocas, una comunidad ubicada en la provincia de Víctor Fajardo, Ayacucho, experiencia que lo ayudó a apasionarse por el atletismo. Luego de mucho esfuerzo, no podía creer que había ganado por primera vez una medalla de bronce en una competencia internacional para orgullo del Perú. Ahora, se viene preparando con esmero para llegar a los juegos olímpicos y conseguir la ansiada presea de oro.

Aquel día, el talento hijo de Huamanga vio como flameaba la bandera del Perú y su corazón latió a mil por hora. No era para más. Con un tiempo de 14 minutos, 31 segundos y 70 centésimas en la prueba de 5000 metros planos de atletismo en los Panamericanos desarrollados en Colombia, logró la medalla de bronce, solo después del competidor boliviano, quien alcanzó 14 minutos, 21 segundos y 36 centésimas; y del atleta brasileño, quien logró 14 minutos, 30 segundos y 31 centésimas. “Fue como soñar despierto”, dice el joven de 21 años y ganador de la Beca Deporte Escolar del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación.
 
“Hasta los siete años de edad, crecí en la chacra con mi abuelita y para ir al colegio tenía que recorrer a pie dos horas hasta el pueblo. Eso me ayudó a despertar esa pasión por el deporte porque de muy pequeño caminaba grandes distancias y no me cansaba, mi abuelita me decía que suba al caballo o al burro, pero como tenía miedo prefería caminar o correr”, recuerda. Y nuevamente vuelve a aquel 30 de noviembre del año pasado, día donde unas lágrimas de emoción salieron por su mejilla, porque ni el cansancio ni el caluroso clima de la Capital Mundial de la Salsa pudieron con él. 

Para lograr la medalla de bronce, José Luis tuvo que prepararse arduamente. Su día empezaba a las cuatro de la mañana para ir a entrenar. A las siete de la mañana, tenía que estar listo para recibir sus clases virtuales de la carrera de Sociología en la Universidad Nacional del Centro del Perú becado por el Estado peruano. A las cinco de la tarde volvía a ponerse sus inseparables zapatillas para volver al ruedo hasta que el sol se oculte y el cielo de Huamanga, donde tuvo que trasladarse luego de la pandemia, sea invadido por infinitas estrellas.

“Durante todo este tiempo, recibí el apoyo incondicional de mis padres, quienes no solo me han apoyado con los insumos del entrenamiento, que son un poco caros, sino también en cuidar mi alimentación, ya que un deportista calificado debe comer de manera sana y balanceada”, señala el futuro profesional. 

Su pasión por el atletismo se afianzó en la adolescencia, cuando su profesor de educación física, Pedro Arango, vio condiciones en él para dedicarse a este deporte. Desde el 2014, ha llegado a la etapa nacional de los Juegos Escolares Nacionales, organizado por el Ministerio de Educación, donde ha obtenido medallas. En el 2019, participó en el Cross Country de Ecuador, donde obtuvo el cuarto puesto, que le permitió clasificar al Mundial de Cross Country de Dinamarca, donde de los 170 participantes, alcanzó el puesto 30 y fue el mejor latino.  

Pero José Luis no solo destaca en las pistas del atletismo, sino también en los estudios porque sabe que con la educación llegará muy lejos. Ha sido un estudiante destacado desde la primaria y secundaria gracias al empujé de su padre, un maestro de Historia de un colegio público. En la actualidad, el talento Pronabec se encuentra entre los cinco primeros puestos de su carrera de Sociología. “Es complicado estudiar y entrenar a la vez, pero no imposible. Si hay ganas y disciplina, todo se puede lograr”, dice con una sonrisa.  

Como si se tratará de una competencia sin tregua, el joven talento sigue levantándose a las cuatro de la mañana en búsqueda de su clasificación a las próximas olimpiadas. Entrena con esmero y dedicación, incluso sábados, domingos y feriados. Quiere que las hermosas notas del himno nacional se escuchen en los Juegos Olímpicos Los Ángeles 2028. “Mi sueño es regalarle al Perú la medalla de oro en una olimpiada; por eso, trabajo sin descanso y sin descuidar mis estudios”, afirma.

Su padre, madre y dos hermanas se sienten orgullosos de los logros de José Luis porque son testigos de su esfuerzo y también son el soporte emocional para que, pese a las dificultades, él no desista de sus objetivos. “Ellos son mi fortaleza, quienes nunca han dudado de mí y me han apoyado cuando todo parecía ir en contra de mis sueños, de igual manera mi entrenador Juan José Castillo”, indica. El joven también quiere ejercer su carrera en el futuro, realizar una maestría y ser el ejemplo de otros jóvenes. 

“Gracias al Pronabec por permitirme estudiar sin preocupaciones y, a la vez, seguir mi pasión que es el atletismo”, refiere. El deporte le ha enseñado a José Luis a ser persevante y resiliente. “La vida es como una carrera, donde a veces se gana y otras se pierde. Por eso, hay que tener la fortaleza de levantarnos y seguir adelante”, indica. Luego, mira su reloj, que marca a las 5 de la tarde, se pone sus zapatillas y su ropa de entrenamiento, y emprende, una vez más, la carrera con el sueño de lograr la próxima medalla para el Perú en el mayor evento deportivo internacional multidisciplinario.