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Obispo de Chimbote reflexiona sobre escándalos de corrupción en el país

Chimbote en Línea.- (Por: Monseñor Ángel Francisco Simón Piorno) Durante las últimas semanas los medios de comunicación social nos han presentado el gravísimo diagnóstico del Perú. La corrupción ha invadido nuestro país.

Son muchos los que protestan y al igual que en otros lugares ha aparecido el colectivo de indignados. ¿Qué está ocurriendo?

Cuando los seres humanos expulsan a Dios de su vida, entonces se acogen a los dioses fabricados se dejan sojuzgar por ídolos que seducen y engañan.

El dinero y el poder pueden producir auténticos estragos. Ellos abren la puerta a la corrupción, al dinero fácil, al endiosamiento. Utilizan la coima y el soborno. Aunque todos sabemos cuan destructivos son, caemos fácilmente en sus redes.

El Poder Judicial, el Ministerio Público, que deberían liderar una lucha frontal contra todo aquello que desangra a nuestra patria, por desgracia activan el fuego.

No hay nada que desmoralice tanto a la población como el ver que aquellos que tienen la misión de administrar la justicia y ser referentes en la sociedad son fuertes con los débiles y débiles con los fuertes. Conducta verdaderamente perversa.

El pueblo del Perú ansía la regeneración, quiere que las cosas cambien, que sean llevadas a los tribunales todos aquellos que desde su alta posición convirtieron el erario público en un botín y se han enriquecido con el dinero de todos los peruanos.

La conciencia moral, que en el pasado fue un timbre de alarma, es en la actualidad un personaje insignificante y diminuto. Muchos han silenciado su voz.

La corrupción, al igual que el cáncer agresivo, ha producido una metástasis social, la muerte del espíritu, sino atajamos a tiempo la enfermedad.

Solamente Dios que nos ama sin mesura, puede con su gracia y con el poder de su Espíritu cicatrizar las heridas que sangran y limpiar el rostro mancillado por la culpa. (Publicado en Mar Adentro)