Comentar

El amor en la familia

Chimbote en Línea.- (Por: P. Fernando Asín) Con los pies en tierra, el papa Francisco recoge en la Exhortación apostólica  "Amoris laetitia",  las reflexiones de los dos sínodos de los obispos sobre las familias en el mundo actual.

Hay todo un capítulo dedicado a "acompañar, discernir e integrar la fragilidad", muy pastoral, para tratar con misericordia tantas situaciones, digamos "informales", de familias que no cumplen el ideal de la familia cristiana como lo propone la Iglesia.

Hemos comentado antes sobre los condicionantes para las familias como son "techo, trabajo y tierra" (de la reunión con el papa Francisco de los movimientos populares), cuando éstos faltan. Dice, por ejemplo, el Papa en este documento: "Una familia y un hogar son dos cosas que se reclaman mutuamente. Este ejemplo muestra que tenemos que insistir en los derechos de la familia, y no sólo en los derechos individuales" (44).

O también: "A veces son dramáticas las angustias de las familias cuando, frente a la enfermedad de un ser querido, no tienen acceso a servicios adecuados de salud, o cuando se prolonga el tiempo sin acceder a un empleo digno" "Las posibilidades para los jóvenes son pocas y la oferta de trabajo es muy selectiva y precaria. Las jornadas de trabajo son largas y, a menudo, agravadas por largos tiempos de desplazamiento. Esto no ayuda a los miembros de la familia a encontrarse entre ellos y con los hijos, a fin de alimentar cotidianamente sus relaciones" (44).

Y concluye diciendo: Si todos tienen dificultades, en un hogar muy pobre, se vuelven más duras. Por ejemplo, si una mujer debe criar sola a su hijo, por una separación o por otras causas, y debe trabajar sin la posibilidad de dejarlo con otra persona, el niño, crece en un abandono que lo expone a todo tipo de riesgos, y su maduración personal queda comprometida" (49).

Finalmente, el Papa Francisco pide cuatro valores para la familia: "generosidad, compromiso, fidelidad y paciencia" (número 5 del documento) para construir una familia como comunidad de amor. La fuerza del amor de Dios sostiene estos valores.  (Publicado en Mar Adentro – Diócesis de Chimbote)