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Reconocimiento a dos mujeres chimbotanas comprometidas con la Iglesia, la justicia y la paz

Chimbote en Línea.- En el marco de II Jornada Cultural por la Dignidad de Áncash y con un preámbulo sobre el rol de la mujer en la organización local a cargo de la Dra. Mavila Esteves, la Comisión de Justicia Social, reconoció la labor de dos mujeres comprometidas con la Iglesia, la justicia y la paz. Compartimos algunos mensajes de aquellas personas cercanas a Gloria Córdoba y Carmen Urbina que reconocieron esa labor de la mujer comprometida en la formación y transformación de Chimbote.

Gloria Córdova Carbajal

Gloria Ofelia Córdova Carbajal, desde muy joven integró “Juventud en marcha”, creada por los primeros frailes dominicos del Vicariato Dominico de Chimbote, de la Provincia San José de New York.  Gestor de este proyecto fue Fr. Lino Dolan Kelly.

Gloria siempre destacó como una lideresa. Afianzó su vocación como maestra, formándose diligentemente y cumpliendo su misión en la I.E. hoy República Peruana, en la formación de la niñez y de los adolescentes que la recuerdan a la maestra con cariño.

Como cristiana participó en la Legión de María, en la catequesis familiar, en la formación de grupos de familia y de jóvenes que acompañó con su vocación de discípula y misionera. Lleva muy arraigada el espíritu dominicano que le infundió como guía espiritual fray Lino y que lo continuó a través de los diversos frailes y hermanas dominicas como el acompañamiento de la Hna. Carolina Conroy.

Se casó el 18 de noviembre 1976 en la Parroquia San José Obrero con Germán Avendaño. Tuvieron 3 hijos Omar, Lino y Nury. Sirvió con gran alegría y dedicación como esposa, madre, maestra y consejera.

Acompañó todas las obras de la Iglesia en Chimbote, desde el inicio con su participación activa como agente pastoral, con el primer pastor de la Prelatura de Chimbote, Mons. Carlos Santiago Burke, O.P. Así mismo en CINCOS,  CECOPROS desde los inicios de su fundación en 1990. Participó en la Comisión de Justicia Social, en el IPEP, en Depas, en el apoyo a los reclusos.

Gloria siempre ha tenido una profunda fortaleza en el seguimiento a Jesús. Pese a los problemas y dificultades, nunca dijo no. Siempre lista como las primeras mensajeras del Evangelio, para saber decir a Jesús: sÍ quiero servirte a tí y en el pueblo de los pobres. Ella vive como una mujer pobre de nuestro pueblo y comparte sus alegrías, luchas y esperanzas. Muy bien podríamos aplicar las palabras “Una mujer valiente ¿quién la encontrará?- Es mucho más valiosa que las perlas. En ella confía el corazón de su marido-Se busca lana y lino y lo trabaja con manos diligentes. Es como nave de mercader que de lejos trae su provisión. (Prov. 31, 10-11.13-14) ¡Que el amor de Cristo sea el centro de tu vida para que sigas dando fe, amor, alegría y esperanza a los demás! (Héctor Herrera, OP)

Carmen Urbina

Carmen Urbina tiene mucha pujanza, fuerza. Se arriesga a las propuestas y eso ha servido de inspiración a otras mujeres, porque eso es el liderazgo, hacer que otras personas sigan caminos nuevos. Su manera de ser ha inspirado.

Tiene ese espíritu evangélico, en sus valores evangélicos. Se ha formado en bases, pero al mismo tiempo formada en una parroquia, en donde no es simplemente participar en la misa sino participar activamente.

Carmen fue una de las fundadoras de La Casa de la Mujer y allí también se formó en autoestima y liderazgo. Tiene toda una performance.
En nombre de las Hermanas de la Misericordia, que tu vida se llena de misericordia, porque además eres una asociada. Sigues llevando vida compartida siempre.

Es un honor estar en tu homenaje, por la vida compartida entre mujeres, pero también entre hombres y mujeres. Entre un pueblo que está sediento de justicia. El agua es uno de tus trabajos fuertes.

Deseo que este Dios, que es vida, te siga bendiciendo y siga dando lo que más necesitas en este tiempo. Gracias por tu valentía, tu coraje, tu arriesgar y tu perseverancia. Por buscar la justicia y formando redes para hacer más fructífero el trabajo que realizas en favor de los empobrecidos y las empobrecidas. ¡Gracias Carmen! (Hna. Blanca Quintana)