Comentar

Multiplicaciones de los panes y los peces

Chimbote en Línea (Por: P. Giovanni Sabogal)  “Tomó los cinco panes y los dos pescados, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los entregó a los discípulos. Y los discípulos los daban a la gente. Todos comieron y se saciaron, y se recogieron los pedazos que sobraron: ¡doce canastos llenos!. Los que habían comido eran unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.(Mt. 14, 19-21).

Jesús al ver a la muchedumbre sintió compasión de ellos y los curó. Dios jamás es ajeno al dolor, al sufrimiento de sus hijos, que somos nosotros. Dios siempre quiere lo mejor para toda la creación. Jamás Jesús da la espalda a sus semejantes, por ello siempre está pendiente de nuestras necesidades y cura el dolor, las enfermedades de los enfermos.

Pero también es cierto, que él nos pide ayudar a nuestros hermanos, nos da las fuerzas necesarias para seguir trabajando y ser constructores de nuestra sociedad.

Luego de sentir compasión y de curar a los enfermos, contemplamos en este pasaje bíblico cómo Jesús pide a sus semejantes que también ellos deben colaborar en esta tarea noble y loable de ayudar a los demás.

Jesús vio el hambre de la gente y nos pide, como les pidió a los apóstoles, darles también de comer. No podemos ser ajenos a la miseria, al hambre y necesidad de nuestros hermanos.

Jesús que confía plenamente en su Padre hace el milagro de dar de comer a todas las personas, hasta el punto de saciarse y de sobrar. Así también, debemos hacer las cosas siempre cogidos de la mano de Dios, para que nuestro creador multiplique su gracia y amor en nuestras vidas. Quien trabaja con honradez, transparencia y responsabilidad confiando en la misericordia y la generosidad de Dios recibe siempre bendiciones de Papá lindo. Hagamos siempre las cosas como le agrada a Dios. (Publicado en Mar Adentro, noviembre 2014)