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Mi abuela decía que yo tenía tendencias hipomaniacas…

Chimbote en Línea (Por: Víctor Pasco)  Me lo han robado todo. Me despierto temprano por la mañana y prendo el televisor. La misma mierda de siempre: asesinatos, delincuencia, corrupción y una sobredosis de farándula inútil, estúpida y sin sentido.

Decido volver a dormir. Pero, hace demasiado calor. Dicen que es invierno, sin embargo el sol no se va y parece que es más fuerte de lo que fue en verano.

Salgo a caminar y compro una revista, la que siempre leo solo por la columna que va al último. Me gusta la manera de escribir de aquella chica. Y claro, debajo ponen una lista interesante de películas.

¡Oh! ¡Maldita sea! A alguien se le ocurrió la genial idea de sacar esa página y en su lugar poner unos dibujos tontos y sin sentido, que además son por entregas. Nunca sabremos de qué va todo eso hasta coleccionar toda la historia.

¿Y ahora? Vuelvo a la tv.

Animadoras con sonrisas falsas y un interés tan fingido que me da asco, siento ganas de vomitar ante su asquerosa manera de ser, viles estafadoras. ¿Habrá alguien que les crea? Pasan una parodia barata de Laura Bozzo, a la gente aún le gusta humillarse o actuar por unos soles. Más espectáculos. Busco en el cable, mi búsqueda es fallida. Pongo una película y el ruido del colegio de al lado no me deja oír un carajo. Subo el volumen lo más que puedo, solo veo labios moverse. Justo hoy se les ha ocurrido enseñar con los parlantes.

Salgo de nuevo. Necesito unos audífonos, la música me relaja. Mido mi presupuesto y compro unos supuestos audífonos decentes. ¡Vaya sorpresa! El sonido es asqueroso. Se me quitan las ganas de oír música.
Solo me queda mirar por la vidriera los libros que jamás podré tener: Para las cosas que no puedo comprar siempre hay alguien con dinero. 

Tengo un cúmulo de cosas por hacer. Sin embargo, mi cerebro está en su mundo propio y no puedo siquiera escribir un correo que debí haber escrito hace semanas.
Pretendo ducharme, estoy pesado. He despertado muy temprano y solo quiero volver a dormir. Lucho. Peleo con todas mis fuerzas. Caigo dormido.

Me levanto a las dos de la tarde exaltado. No he comido, no he hecho ninguna de las cosas que tenía planeado hacer. Salgo de la cama como loco y me pongo a hacer todo atropelladamente. No resulta. Cada vez hago las cosas más desagradables. No logro mantener mi nivel.

Llega la noche y la historia se vuelve a repetir. Así día tras día y noche tras noche.

Esto me recuerda a las líneas de una película. No recuerdo cuál. Solo sé que dice a grandes rasgos que en algún momento llegamos a hartarnos de nosotros mismos en algún momento. Siempre vamos a todos lados con nosotros y llegamos a aburrirnos.

Tal vez este sea el punto de quiebre conmigo mismo.

Ahora se bifurca el camino o mi cuerpo o mi yo interno. Debo elegir, debo elegir así no quiera. Hoy es un buen día para tomar malas decisiones, pero decisiones al fin y al cabo. ¡Qué rayos! Una raya más al tigre nadie la va a notar.

Adiós antiguo, nuevo y temporal yo. Adiós a ustedes tres. Saluden a… ¿qué se supone que seré ahora? Para pregunta que no me puedo responder hay un somnífero que al despertar todo estará mejor, habré olvidado el mal rato y en unas horas no recordaré nada de esto.

¡Viva tú! Pastillita salva vidas, pastillita milagrosa, pastillita reverenda puta: Por ti muero ahora y por ti volveré a nacer. ¡Viva tú! Pero no me pidas que te ame, porque odio todo lo que amo o destruyo todo lo que amo. No me preguntes qué puedo hacer con las cosas que llego a odiar…

FOTO: Acuarela de Juan Manuel Champi