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Familiares de congresista Otárola se salvaron de investigación fiscal

Chimbote en Línea (Anticorrupción- El Comercio)El 2 de enero último, la Policía Nacional y la fiscalía intervinieron el domicilio del empresario Demóstenes Rafael Huerta, ubicado en la cuadra 17 de la calle Independencia, en la ciudad de Huaraz (Áncash). Ahí se intervino a Ernesto Marino Garro Benítez, quien era el conductor de una cisterna llena de combustible, que estaba estacionada en la cochera de la vivienda.

Según fuentes policiales, ese día decomisaron dos bidones de combustible, surtidores y una manguera.

Garro Benítez indicó a la Policía Nacional que iba a descargar la gasolina de la cisterna a unos galones, que estaban en el interior de la casa. Añadió que el combustible pertenecía al grifo Montealegre y que había llamado a los dueños para reportar que había sido intervenido por no contar con una guía o autorización de almacenamiento.

Minutos después, apareció en la escena Carlos Otárola Peñaranda, hermano del presidente del Congreso, Fredy Otárola y del asesor presidencial Alberto Otárola.
La esposa de Carlos Otárola, Rosa Rafael Huerta, y el hermano de esta, Demóstenes Rafael Huerta, son los dueños del grifo Montealegre.

Según informaron los medios de comunicación huaracinos, Carlos Otárola preguntó al fiscal Sandro Collas Henostroza, quien encabezó la diligencia: “¿Cómo arreglamos?”. Sin embargo esta versión ha sido negada por el propio Carlos Otárola. “En absoluto, jamás le dije eso al fiscal”, añadió.

Tras esta intervención, la Cuarta Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Huaraz, a cargo en ese momento de Silvia Maritza Bonifacio Rosas, inició una investigación para determinar si en la casa del cuñado de Carlos Otárola existía o no un grifo ilegal. Con una celeridad inusitada en el Ministerio Público, Bonifacio Rosas archivó la causa a los pocos días.

NO RECUERDA POR QUÉ ARCHIVÓ

En comunicación con El Comercio, la fiscal Bonifacio Rosas dijo que no recordaba por qué había archivado el proceso por el hallazgo de gasolina en la casa de Rafael Huerta.

Pese a que dijo no acordarse, la magistrada del Ministerio Público indicó que “tengo conocimiento (de) que el lugar era un garaje donde se guardaba la cisterna”.

Fuentes de la Fiscalía de Huaraz, señalaron que la fiscal dispuso el archivamiento del caso porque no halló indicios de comercialización de combustible. Sin embargo, todo haría indicar que no se analizó el almacenamiento de gasolina.

El decano del Colegio de Abogados de Lima, Mario Amoretti, indicó que la fiscal tuvo los elementos para denunciar a los implicados por el presunto delito de peligro común. “La sola tenencia de combustible es castigada”, añadió en conversación con El Comercio.

Según el artículo 279 del Código Penal, “el que, ilegítimamente, fabrica, ALMACENA, SUMINISTRA o tiene en su poder bombas, armas, municiones o MATERIALES EXPLOSIVOS, INFLAMABLES, asfixiantes o tóxicos o sustancias o materiales destinados para su preparación, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de seis ni mayor de quince años".

EL ROL DEL HERMANO DE OTÁROLA

Carlos Otárola admitió en comunicación con este Diario que en la casa de su cuñado se almacenaba combustible para surtir a dos camionetas rurales, que también son propiedad de la familia Rafael Huerta.

“El local (intervenido) es de propiedad de mi cuñado, él es hermano de mi esposa y ellos tienen unos grifos en Áncash. Entonces, ellos tienen un pequeño depósito para a abastecer a dos carros que brindan el servicio Monterrey-Huaraz. En la noche se les facilitaba un pequeño espacio para que no vayan hasta el grifo a llenar el tanque”, refirió.

Al ser consultado sobre su presencia en la intervención, el hermano del titular del Congreso dijo que su cuñado lo llamó y le pidió ir, porque su hijo menor estaba solo. “Mi cuñado estaba en Lima y mi sobrino de 12 años estaba solo, así que fui para ver qué sucedió, no presioné a nadie”, contó.

NACIONALISTA NEGÓ VÍNCULO
El presidente del Parlamento, Fredy Otárola, afirmó hoy que ni él ni sus hermanos están vinculados al negocio de combustible y que personas ligadas al presidente regional de Áncash, César Álvarez, han iniciado una campaña de desprestigio en su contra.

“Sabíamos que iban a venir los ataques, pero no nos amilanamos”, añadió.
“Esa intervención se realizó meses atrás. En mi vida mis familiares o yo hemos vendido una gota de combustible”, dijo para luego reconocer que la esposa de su hermano Carlos tiene un grifo. Sin embargo, negó haber ejercido algún tipo de presión en la fiscalía para que se archive el caso. “Lo que pasó ahí no me interesa”, dijo.

Para concluir, advirtió que demandará a los policías que hicieron la intervención y a un periodista que presuntamente lo vincula con un grifo ilegal.  (Por: Sebastián Ortín- El Comercio)