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Construir la paz y el bienestar social piden obispos de América Latina

Chimbote en Línea (Cuestión de fe) Los secretarios generales de las conferencias episcopales de América Latina, hicieron “un llamado a la conciencia de quienes ocupan cargos públicos para que, libres de intereses personales o de grupos, de ambiciones de poder e incluso de posturas ideológicas, trabajen responsablemente para dar soluciones efectivas frente a la pobreza y la miseria, para terminar con olas de violencia”. 

Al concluir su reunión anual en Bogotá dieron a conocer un mensaje "para construir la paz y el bienestar", en el cual compartieron algunas reflexiones "con ojos y corazón de pastores" sobre la realidad de los pueblos del continente.

“Inspirados por el papa Francisco a vivir con entusiasmo la misión de Jesús, renovamos nuestro compromiso a ser una Iglesia fiel al Evangelio para valorar y defender la vida, don de Dios, sobre todo de los más vulnerables e indefensos de nuestra sociedad”, expresaron los obispos, enfatizando su voluntad de acompañar el esfuerzo de quienes construyen una sociedad en solidaridad, paz y fraternidad.

Al constatar algunas situaciones comunes, como el crecimiento de la corrupción, los niveles de pobreza inhumana persistentes, la desigualdad social entre ricos y pobres, y la situación alarmante de violencia –manifiesta en situaciones de inseguridad social, de enfrentamientos por el narcotráfico y de convulsiones sociales–, los Secretarios Generales también llamaron la atención sobre el alarmante crecimiento de los homicidios en las grandes ciudades.

Ante esto, y en el espíritu de conversión característico del tiempo de Cuaresma, hicieron “un llamado a la conciencia de quienes ocupan cargos públicos para que, libres de intereses personales o de grupos, de ambiciones de poder e incluso de posturas ideológicas, trabajen responsablemente para dar soluciones efectivas frente a la pobreza y la miseria, para terminar con olas de violencia”.

De este modo, los obispos latinoamericanos y caribeños esperan que se construya la paz y el bienestar social “por los caminos del diálogo y del respeto a la dignidad de la persona humana”.

"Pedimos a Dios el don de la conversión en este tiempo de Cuaresma, para que nos haga discípulos más fraternos y solidarios en la construcción de un mundo más justo y humano", termina el documento.