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Libre para amar - Primer Domingo de Cuaresma

Chimbote en Línea (Cuestión de fe- Por: fray Héctor Herrera) Felipe trabaja como almacenero, recibe una orden ¡van a traer 150 bolsas de cemento, pero tú escribirás 100 y así con las diferentes compras, harás lo mismo! Pero Señor, le dice el joven a su jefe, no puedo hacerlo es contrario a la enseñanza que aprendí en mi hogar. Me enseñaron a ganarme el pan con honestidad.

La tentación del dinero, del poder, de servirse de otros, prometer y no cumplir, es lo que nos rodea a cada instante. Jesús nos muestra el verdadero rostro del ser humano, a quien se le da un nuevo aliento de vida, para vivir libre y comprender que somos imagen de Dios. De esto nos habla el evangelio de Mateo 4,1-11

Jesús fue tentado durante toda su misión: cuando quieren hacerle rey, porque les ha dado de comer, nos responde: “Les aseguro que no me buscan por las señales que han visto, sino porque se han hartado de pan. Trabajen no por el alimento que perece, sino por un alimento que dura y da vida eterna, el que les dará el Hijo del Hombre.

En él, Dios Padre ha puesto su sello” (Jn 6,26-27). Busquen el Pan que da la vida. Nos dejamos engañar por las promesas del pan de un día, por quienes se presentan como los salvadores, sin un plan que mejore la calidad de vida.

Necesitamos  la Palabra de Dios, que nos da un nuevo espíritu para comprender la realidad de la vida y actuar con la libertad de Jesús. Frente a la ostentación y orgullo del poder, Jesús nos muestra el poder de Dios: somos hijos de Dios, llamados a saber elegir y discernir bien, entre la vida o la muerte.

El poder sobre la creación y el dominio de los demás, es la tentación de quienes se creen dueños de las naciones: talan los bosques, contaminan los ríos y destruyen el hábitat de los pueblos indígenas por la explotación desmedida, sin los estudios del impacto ambiental. No les importa la vida del ser humano, ni piensan en el futuro de las generaciones. Su dios es el dinero. Jesús nos dice: “Aléjate Satanás. Que está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, a él solo darás culto”(v.10)

Jesús quiere  hoy  cristianos comprometidos. Porque si nos servimos de Dios como un instrumento para nuestros intereses, caemos en la tentación de ser idolatras.

Ser discípulo de Jesús es seguirlo con decisión y coherencia. El Papa Francisco nos recuerda: la vida espiritual se confunde con algunos momentos religiosos que brindan cierto alivio pero que no alimentan el encuentro con los demás, el compromiso en el mundo, la pasión evangelizadora. Y nos habla a los agentes evangelizadores sobre la acentuación del individualismo, una crisis de identidad y una caída del fervor. Son tres males que se alimentan entre sí. (E.G. 78).

Nos advierte sobre las tentaciones de hoy: la acedia egoísta por no saber esperar y querer dominar a los demás. No al pesimismo estéril, porque nadie puede emprender una lucha si de antemano no confía en el triunfo. No a la mundanidad espiritual.

No a la guerra entre nosotros. Si nos dejamos transformar por el Evangelio de la alegría sabremos descubrir el trigo que crece en un mundo tan necesitado de Dios y de colaboradores que anunciemos con el testimonio de vida, que Cristo vence al pecado y a la muerte, porque en Él tenemos vida.