Chimbote en Línea (Por: Fray Héctor Herrera) Nelson Martín, es un joven que se debate entre la vida y la muerte. Tiene esposa e hija. Sus padres han llegado desde Chota. Conversé con su padre y dice: “Solo nos queda confiar en Dios. Es el único que tiene el poder sobre la vida y la muerte”.

Me sorprendió la fe sencilla de estas personas. Todos están pendientes del enfermo. Le toman de la mano con ternura. Y le dicen Dios te ama, ánimo. Este hecho me hizo reflexionar sobre la ternura de Dios que Jesús nos ha traído. Justamente en esta Jornada Mundial del Enfermo, el Papa Francisco nos dice: «También nosotros debemos dar la vida por los hermanos» (1 Jn 3,16),

Como ésta familia, pienso en las miles de familias que en nuestro país sufren, muchas veces porque no tienen los recursos necesarios para alimentarse y sanarse, o porque no pueden ir al médico por carecer de dinero; o los que tienen seguridad social, pero no son atendidos urgentemente.

Pero hay también personas generosas, médicos y enfermeras, personas que se dedican a la pastoral de la salud, que dan alegría, fe, amor, vida, esperanza a los que se sienten solos y cansados, o agobiados por diversas enfermedades.

Tarea y misión para los creyentes de hoy es aprender esa ternura de Jesús. Amar con compasión para sentirnos solidarios como el samaritano.

Es interesante que entre los pobres, cuando hay un enfermo necesitado, todos se sienten solidarios y están pendientes, acompañando no sólo al enfermo, sino a la familia. Allí tenemos el ejemplo de María, acompañando a su hijo, no solo en su predicación, sino en la muerte y resurrección para darnos el aliento de la vida.

Que todos seamos portadores de fe y de caridad para sanar el corazón indolente de nuestra sociedad y para tener un corazón tierno y amoroso de los hijos e hijas de Dios.

Foto: Voluntariado del Hospicio Santiago Apóstol de Chimbote