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Hermanas del Verbo Encarnado: 50 años de presencia misionera en el Perú

Chimbote en Línea (Cuestión de fe)  Al iniciar la apertura de nuestra celebración de los 50 años de presencia misionera en el Perú, somos conscientes de que el Jubileo constituye un momento privilegiado de gracia: para mirar con gratitud al pasado, para discernir el presente y para proyectarnos hacia el futuro, a fin de responder a nuevos retos y necesidades de nuestro pueblo.

Mirar hacia atrás  nos sitúa en la llamada original de nuestro fundador: el obispo Claudio María Dubuis, quién, en 1869, al contemplar la situación tan  abrumante del pueblo Tejano, a causa de la guerra  civil de ese momento histórico en el sur de Estados Unidos, fundó nuestra congregación: Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado con estas palabras:  “Nuestro Señor Jesucristo sufriendo en una multitud de enfermos y  desvalidos de todas clases, espera el alivio de sus manos.”                          

Por el año 1963, nuestra congregación inició un proceso para responder a la llamada de la Iglesia de enviar misioneras (os), a América Latina. Al contemplar la situación de extrema pobreza del pueblo Chimbotano, nuestra Superiora General de ese entonces: la Madre Mary Clare Cronly, envió una carta de invitación a toda la congregación pidiendo voluntarias para la nueva misión con una descripción del perfil de la futura misionera: “Necesita ser sacrificada, generosa, preparada para vivir en medio de una desacostumbrada pobreza y, sobre todo, debería amar a la los pobres y unirse a ellos…para mejorar su situación.”
 
Dos hermanas de cada provincia de la Congregación fueron escogidas para esta nueva misión en Chimbote: Rosalina Acosta, Charles María Frank (Carla María), Mary Mark Gerken, Gwendolyn Grothoff, Louis Katherine Schuler (Luisa) y Felícitas Villegas. Tuvieron un año de prepararon para su nueva misión, con un programa intensivo, especial para misioneros, en Puerto Rico.

Las hermanas llegaron el 19 de diciembre del año 1964 a la querida Parroquia San Francisco de Asís.

Para responder a los problemas del pueblo de ese entonces, las hermanas fundaron el Centro Santa Clara donde funcionó una posta médica, y un centro de educación familiar: orientación familiar, el manejo del hogar, clases de nutrición y alfabetización, educación física y pastoral juvenil. Para formación en la fe dieron clases de doctrina cristiana y liturgia en la parroquia; y formación a profesores de religión a nivel de la entonces Prelatura.

Posteriormente las hermanas Luisa Schueler y Emma Hernández, con un grupo de laicos fundaron el  Centro de Educación Familiar  popularmente conocido como “Las Cunas” para atender a niños con severa deshidratación.

En los años 80 en adelante, extendimos nuestra labor misionero al Valle de Lacramarca Baja, al pueblo aymara de Huancané (Puno) y a diferentes distritos de Lima: Comas, Magdalena, San Juan de Lurigancho y Los Olivos.

Nuestra misión en el Perú comenzó con 6 hermanas. Hoy somos una gran familia del Verbo Encarnado procedentes de diferentes culturas y países: 16 hermanas procedentes de Perú, México, Estados Unidos e Irlanda; 3 misioneras laicas de México, Estados Unidos e Irlanda; 34 miembros de la Asociación Laical del Verbo Encanado en Chimbote y Lima; 46 laicos colaboradores del Centro de Servicios de Salud Integral Santa Clara y 30 colaboradores del Hospicio Santiago Apóstol. (Tomado de Mar Adentro, enero 2014)