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Dos actitudes, un solo origen: la corrupción

Chimbote en Línea (Libre Opinión).-Se ha hecho público un vídeo de la bochornosa actitud de Sandor Renilla Horna, periodista defensor de la gestión de César Álvarez, en el que se puede apreciar que, totalmente ebrio, ataca verbal y físicamente al chofer de un taxi al que no le quiere pagar sus servicios.

Asimismo, frente a los policías de la comisaría a la que fue conducido, llama, se queja y le pide al fiscal Dante Farro que le envíe inmediatamente a un fiscal. Se observa también la presurosa llegada del abogado Luis Arroyo Guevara, promotor de la Asociación de Vivienda “La Tierra Prometida” y principal escudero del presidente regional de Áncash, así como la de Nelson Vásquez y otros periodistas de conocida línea de defensa a César Álvarez Aguilar, quienes consiguen al final liberar al periodista de esta escandalosa situación.

En días pasados estos mismos actores del vídeo difundido despotricaban de la marcha cívica del 16 de agosto, de aquella que rechaza la podredumbre moral de un poder corrupto que se ha instalado en nuestra región y está contaminando peligrosamente a su sociedad. He visto el vídeo y me felicito el haber participado en dicha marcha.

Me sentí bien en ella. Por tratarse de la expresión digna, genuina y legítima de un pueblo que reacciona y se sacude, por fin, de un peligroso marasmo, y se pronuncia en contra de personajes que han visto en nuestra región la oportunidad de su vida y se enriquecen a costa de sepultar sueños ajenos. Sí, de esos sueños que pertenecen a nuestros hijos, a nuestro hogar, a nuestro puerto, a todo Áncash.

El vídeo que circula raudo por las redes sociales, corre la cortina que cubría la realidad vergonzosa y nauseabunda del escenario que hemos permitido por nuestra inacción. Es la exposición pública de conciencias alquiladas a la corrupción; la complicidad existente entre quienes deberían administrar justicia y quienes manejan a su antojo la región, vínculo insano que nos desprotege contra el abuso, las calumnias y las amenazas, y nos ofrece como blancos fáciles de personajes a quienes no les importa calumniar y mancillar honras, o no titubean para asesinar.

Mientras se deslizan estas vergonzosas actitudes, las justas aspiraciones en nuestras grandes obras de desarrollo, permanecen atrapadas entre frases sin sentido en paredes a lo largo de avenidas y en las promesas antojadizas de un presidente regional a lo largo de sus improductivos seis años de gobierno.

Las Direcciones Regionales de Salud y de Educación viven envueltas en irregularidades, brotando pus donde coloquen el dedo, y sin un norte definido, arrastran a su paso improvisación e ineficiencia.

Los terrenos del proyecto agroindustrial Chinecas han sido descuartizados para destinarlos a  ser viviendas de los simpatizantes de su movimiento político detrás de votos, descuidando irresponsablemente los objetivos de la ley que los protege de otro uso, al declararlos intangibles. Cero hectáreas habilitadas para los agricultores y  miles de comandos ocupando ilegalmente sus terrenos como vivienda, es el resultado de una injerencia abusiva y fomento a las invasiones, promovidas directamente por César Álvarez Aguilar.

Nada detiene ni asusta a sus pretensiones de sacar provecho particular a su condición de presidente regional y buscar su segunda reelección a como dé lugar. Ya lo hizo antes, cuando aprovechando una resolución ministerial concebida a propuesta del Gobierno Regional de Áncash, se inició un festín millonario con el registro de embarcaciones artesanales, que le sirvió como caja chica para reelegirse, y cuando condicionó este corrupto escenario a través de disposiciones ilegales, como las dos ordenanzas regionales que han sido recientemente anuladas por el Tribunal Constitucional.

Este imperio de la ignorancia y la corrupción ya no debe mantenerse en pie. El pueblo parece que al fin lo entendió.

Por: CÉSAR CÓRDOVA PONCE
Director de la revista La Voz del Pescador