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Cristo nos ha liberado (Por: Fray Héctor Herrera OP)

(Por: Fr. Héctor Herrera Herrera OP) Toda persona aspira a la libertad. Y por eso lucharon miles de peruanos desde que se inició la gesta emancipadora en 1821. Han transcurrido 192 años y seguimos buscando esa verdadera libertad de la que nos habla San Pablo: “Cristo nos ha liberado para ser libres: manténganse firmes y no se dejen atrapar de nuevo en el yugo de la esclavitud” (Gal 5,1).

Pablo nos da la iniciativa y al mismo tiempo nos dice en qué consiste la verdadera libertad; por la cual debemos trabajar todos los ciudadanos peruanos si realmente amamos este país nuestro y queremos decididamente participar en la construcción de una sociedad democrática, coherente, honesta y transparente a todo nivel institucional.

Caminamos a celebrar el bicentenario (1821-2021) de la Patria. Pero cabe hacernos serias preguntas para participar de un proyecto que tenga en cuenta:

1. La dignidad de la persona y la defensa de los derechos fundamentales: educación, salud, vivienda, trabajo y calidad de vida.

2. Seguridad ciudadana: donde todas las instituciones del Estado, instituciones privadas y ciudadanía trabajemos por la defensa y protección de la vida, frente a la ola creciente de la violencia.

3. Cultivar la cultura de vida y de paz que atienda la realidad familiar, educativa, socioeconómica, democrática y política, impregnada de los valores evangélicos.

4. Claridad en la inversión que proteja los recursos naturales, se respete la ley de la consulta previa y la inclusión de los pueblos indígenas en la protección y conservación de su hábitat, la defensa de los bosques y ríos, pensando a largo plazo en un desarrollo sostenible con valores éticos, donde prime la persona y no sólo el factor económico.

5. Educación en los valores humano-cristianos: fe, honestidad, confianza, tolerancia y respeto que incluya una educación política y democrática que prepare varones y mujeres dignos de ejercer los cargos públicos, que tengan en cuenta los intereses del bien común.

Comprender esa dimensión espiritual y humana en la visión paulina, de la verdadera libertad cristiana nos hará capaces de profundizar una fe sincera, orante y comprometida con las realidades de hoy donde trabajemos en serio por afrontar desde el gobierno y las instituciones representativas, organizaciones del pueblo, los problemas de los conflictos sociales en base al diálogo y a la prevención.

Conservar los recursos naturales y propiciar la creación y diversificación de la industria en diversas partes del país, sobre todo en el mejoramiento de la infraestructura que involucre a los pueblos más olvidados y se potencie el desarrollo de la sierra y selva peruana. Una lucha frontal contra la corrupción, que nace de la responsabilidad de forjar valores éticos y morales a partir de un profundo acercamiento a Jesús. Porque en Él hemos sido liberados para caminar en la búsqueda de la paz, cuyas bases son la justicia y el amor. (Publicado en el periódico de la Diócesis de Chimbote - Mar Adentro)