Corrupción en Áncash: el cáncer que se diseminó en todos los estamentos de la sociedad

Chimbote en Línea.- Según estimó la Contraloría General de la República a marzo del 2016 el Perú perdía al año unos US$ 3,000 millones por corrupción. De esta cifra oficial, solo se detectan unos 900 millones, sostuvo en declaraciones a la prensa el entonces contralor de la República, Fuad Khoury.

Consideró que enfrentar a la corrupción es el problema más importante del país, un cáncer que afecta a todas las instituciones. “Es tan grande que ya no puedes soslayarlo”, dijo.

Uno de los principales aspectos que Khoury también tocó en aquella entrevista, y que se ha venido repitiendo hasta el hartazgo, es que ninguno de los gobiernos que han antecedido al actual, vale decir Ollanta Humala, Alan García, u otros, asumieron el liderazgo de la lucha contra la corrupción, porque no han tenido el olfato de un líder de una corporación exitosa. Esto es, el liderazgo que nos falta en todo.

En nuestro país hablar de corrupción no es una novedad, ya no sorprende, vemos este cáncer que crece en nuestra sociedad de manera incontenible, en todos los estamentos del gobierno, en las instituciones públicas y privadas, en los municipios, en los gobiernos regionales; cuando un conductor quiere evitar la papeleta de infracción de tránsito y busca “pasarle la mano” al policía; también en los medios de comunicación.

LA CORRUPCIÓN EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Recientemente se puso al descubierto un escandaloso hecho de corrupción que involucra a empresarios y a directores de medios vinculados al caso Odebrecht, donde los responsables de las líneas editoriales comprometen su conciencia por ciertos “aportes” o “regalos” que son utilizados para estimular la capacidad creativa y productividad de los comunicadores. 

Este no es el primer caso ni será el último…eso ni dudarlo. Esta praxis en la que las autoridades o la gente que se encuentra en una posición de poder manipula a los medios a través de “sobornos” continuará mientras exista poder.

Ya durante los gobiernos de Alberto Fujimori se ejercía esta práctica, silenciar, manipular, dirigir la línea periodística de los medios, apagándola con componendas y arreglos bajo la mesa con los empresarios y propietarios de medios de comunicación, para mantenerlos alineados a los intereses subalternos del gobierno.

Esta práctica impuesta por el nefasto Vladimiro Montesinos fue muy bien aprendida y replicada en los gobiernos regionales y locales.

Recordemos si no el caso escandaloso conocido como “La Centralita” en Áncash, donde el expresidente regional César Álvarez Aguilar dirigió toda una red corrupta de sobornos a propietarios de pequeños medios de comunicación, televisoras locales ubicadas en Chimbote, Casma, Huaraz.

Algunos medios o programas creados por él  mismo; donde los temas editoriales eran impuestos por su séquito de  estrategas en comunicaciones, donde  metían y sacaban periodistas a su antojo, pagándoles a nefastos presentadores de radio y televisión para aniquilar honras de sacerdotes, de líderes sociales  y de verdaderos periodistas y/o comunicadores sociales que no accedieron a ser sobornados.

LOS SICARIOS MEDIÁTICOS

Álvarez Aguilar fue presidente regional de Áncash en el periodo 2007 2014. Durante este tiempo en las ciudades de Chimbote y Huaraz, las dos principales de esta región, decenas de periodistas, locutores, conductores de programas de radio y televisión, redactores y fotógrafos, sirvieron, de manera directa o indirecta  a los intereses subalternos de este gobernante,  y a la organización delictiva, corrupta y criminal que lideró con la seguridad de no ser investigad.

Álvarez logró tener como aliado principal al presidente de la Junta de Fiscales Superiores del Santa de aquel entonces, Dante Farro Murillo, encarcelado ahora en el penal Castro Castro. Ambos lograron hacer una mancuerna que se creía indestructible.

César Álvarez estuvo involucrado en el asesinato del exconsejero regional Ezequiel Nolasco, y para tapar éste y otros crímenes se valió de los llamados “periodistas comando”. Dos de ellos, con formación universitaria, cumplen prisión preventiva en Chimbote y Lima; el más veterano logró el arresto domiciliario; y la procaz locutora, recordada por sus insultos y gritos, aún continúa prófuga de la justicia. Demás está decir que para lograr esta dócil complacencia con los medios Álvarez tuvo que acicalar a estos seudo periodistas con considerables remuneraciones.

Nora García Vásquez, comunicadora social de amplia y reconocida trayectoria en Áncash,  directora ejecutiva de Chimbotenlinea.com, el diario digital más importante de la región Áncash, escribió un informe de investigación “Los Sicarios Mediáticos” y en él relata cómo es que este cáncer, el poder del dinero y una posición privilegiada en el íntimo círculo de César Álvarez, hicieron de estos hombres y mujeres que se autodenominaron periodistas comandos, guiñapos sin voluntad, que hoy vemos reducidos a simplemente nada.

Señala Nora García: “Los periodistas comando escribieron la historia más vergonzosa del periodismo regional (Áncash) que debe ser recordada y contada ahora cuando el Colegio de Periodistas del Perú ha emprendido una cruzada ética y de deslinde entre los periodistas de verdad y los seudo periodistas que siguen denigrando la profesión, disfrazados de periodistas”. 

VER: Periodismo en Áncash: de los “sicarios mediáticos” a los pululantes seudoperiodistas

Cientos de ciudadanos ancashinos, autoridades, periodistas, miembros de la sociedad civil fueron víctimas de campañas difamatorias, fueron lapidados en su honra y dignidad; entre ellos el Obispo de la Diócesis de Chimbote, monseñor Ángel Francisco Simón Piorno, uno de los principales líderes de opinión de Chimbote, a quien el locutor conocido como “Caballito Justiciero” Jhony Espinoza desde su programa de televisión lo llamó “enviado del demonio” y le exhortó a que regrese a su país (España).

Días antes, Sandor Renilla lo llamó “delincuente con sotana” en su programa de Canal 31. Todos ellos, mal llamados periodistas, recibían en el edificio de La Caleta, “La Centralita” mensualmente comisiones por sobre los 5,000 soles y en la mayoría de casos eran favorecidos por Álvarez Aguilar con licitaciones en obras públicas.

Y no sólo Áncash se vio contaminada con esta praxis, regiones como Tumbes, Lambayeque, La Libertad, Loreto, Cajamarca, entre otras, adoptaron este estilo “fujimontesinista” de manipular medios de comunicación y tenerlos alineados a sus intereses.

LA CORRUPCIÓN EN LAS REGIONES

Según la asocicación civil Transparencia son alrededor de 25 ex presidentes o gobernadores regionales y alcaldes que se encuentran encarcelados o siendo procesados por delitos de corrupción.

En Áncash los tres últimos gobernadores regionales: César Álvarez, Waldo Ríos Salcedo y Enrique Vargas Barnechea, el accesitario del anterior, fue sentenciado a cinco años de prisión efectiva la semana pasada y ya se encuentra en el penal de Huaraz haciéndole compañía a Ríos Salcedo, también con sentencia de cinco años.

Realmente el caso de Áncash y la corrupción en funcionarios públicos y medios de comunicación exige que el gobierno central voltee la mirada hacia esta región con mucha preocupación y urgencia.
Áncash vive en este momento una ingobernabilidad absoluta y cada uno de estos tropiezos le significan un retroceso y una inestabilidad; un bajón en la sociedad en su conjunto; unas ganas de “tirar la toalla”, a pesar del esfuerzo de muchas organizaciones de la sociedad civil y de medios que aún confían y mantienen la esperanza.

Por ello propuestas como la Reforma Electoral que impulsa Transparencia son urgentes y necesarias para empezar a construir espacios donde la participación ciudadana sea más incisiva, más efectiva frente a la criminalidad y la corrupción en los estamentos públicos del gobierno.

En este caso la cura si nos saldría mucho más barata que la enfermedad y es porque haciendo las adecuadas reformas a la ley electoral estaremos en capacidad de poder decidir a quienes vamos a elegir, quién es aquel por el que voy a votar, a quién le entregaré mi voto y la responsabilidad de representarme en el Parlamento.

VER: Gobernadores y alcaldes procesados por corrupción. La urgencia de la reforma electoral

13 000 DENUNCIADOS

Según la  Contraloría General de la República a marzo del año pasado se denunció penalmente a 13,000 funcionarios por corrupción para recuperar el dinero perdido, entre ellos se encuentran tres exministros del gobierno de Ollanta Humala y 11 gobernadores regionales.

Cifras más cifras menos, lo cierto es que la corrupción se ha ido diseminando como un cáncer terminal y ha hecho metástasis en las fibras más profundas de nuestra sociedad.

Es el turno del presidente Pedro Pablo Kuczynski de asumir ese rol de liderazgo que nos falta para enfrentar la corrupción en el país, esa es una deuda que él tiene con todos los peruanos. (Por Mónica Gismondi- Directora periodística Perú en Línea)

Fotos: composición Chimbotenlinea.com, Archivo Peruenlinea, Internet-medios

 

 

 

 

 

 

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