¿Por qué se drogan los jóvenes?

Chimbote en Línea (Por: Germán Torres Cobián)  No son frecuentes los estudios rigurosos sobre el uso de las drogas por los jóvenes, de modo que  debe señalarse y aplaudirse  la aparición, hace poco,  de un informe de la Comisión para el Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA) que, entre otras verdades,  concluye tajantemente que “el consumo de Pasta Básica de Cocaína (PBC) en los estudiantes de Secundaria se incrementó en más del 100 por ciento” en Ancash  y otras regiones del país.

Por otra parte,  este mismo Diario dio cuenta de que en Nuevo Chimbote se han detectado a  jóvenes dedicados a la venta de marihuana y PBC en las puertas de los colegios.  Estas son, ciertamente,   noticias  muy preocupantes y alarmantes.

Conviene indicar, en primer lugar, que la existencia del hábito de drogarse es muy común en variadas culturas y épocas de la Humanidad.

Los adultos tienden a considerar con excesiva frecuencia que el problema de las drogas es exclusivo de  la juventud actual y que no hay más drogas que las típicas de la subcultura juvenil, esto es, la marihuana, la cocaína, el éxtasis, etcétera. Olvidan así los dañinos efectos de las drogas aceptadas por la sociedad, como el alcohol y el tabaco; es evidente que la aceptación social de éstas no implica en modo alguno su inocuidad.

Si se estudia la procedencia socioeconómica de los drogadictos en los países occidentales, destaca el hecho de que una parte apreciable de los mismos, procede de la clase media y superior, y no de grupos minoritarios ni de nivel social o económico bajo. Pero, en nuestro país, los hechos contradicen  estos datos. El consumo de toda clase de drogas y sobre todo del PBC,  ha aumentado exponencialmente en las poblaciones jóvenes de sectores económicamente  deprimidos.

Es muy conocido y admitido que lo que lleva al joven a ensayar la droga son, uno o más de los siguientes motivos: curiosidad, sentir que es “aceptado” por otros, expresar independencia y a veces hostilidad, efectuar una experiencia placentera, nueva, excitante, o peligrosa, adquirir una sensación relajante y escapar de algo.

El deseo de ser aceptado en una banda lleva a algunos jóvenes marginados, al uso de drogas, que constituye así una especie de rito de iniciación.

El comienzo en el uso de  la mayoría de las drogas causantes de dependencia se produce en la adolescencia, o bien poco antes o después. En la pre adolescencia se prueba sobre todo el tabaco, el alcohol, los disolventes volátiles (tolueno, acetona y otros) y la marihuana; en la adolescencia o más tarde suelen ensayarse las drogas del grupo de anfetaminas, la cocaína y los opiáceos. Es muy raro que la cocaína y la heroína sean las primeras drogas utilizadas.

Hay que reconocer que hay un numeroso grupo de personas que buscan del consumo de drogas una salida a su drama personal. Uno de los sentimientos más graves de muchos peruanos es este sentimiento de inutilidad que tienen, que no saben qué hacer con su tiempo, que no tienen trabajo.

Entonces el consumo de drogas es una especie de escape a la realidad; y esto también se presenta en personas que no han tenido la oportunidad de aprender otros mecanismos de defensa, en cuyos hogares no  se les ha dado  una especie de vacuna contra la adversidad. Hogares en los que los mismos padres han sido consumidores de drogas o han propiciado maltratos; entonces los hijos no han aprendido a defenderse de la adversidad.

También se presentan  estos casos en hogares con recursos económicos en donde los hijos han tenido sobreprotección, han recibido prácticamente más de lo que necesitaban y cuando salen a la vida encuentran que en la sociedad no tienen lo que ellos esperaban encontrar. Entonces buscan en la droga el paraíso artificial.

No se dispone, por desgracia, de una receta universal para resolver definitivamente el problema de las drogas. Como mucho, en algunos países desarrollados sólo se ha llegado a controlar su consumo.

Como  indican los especialistas de la OMS, los adultos, y en particular los jóvenes habrán de aprender a vivir con la droga; esto es, vivir en presencia de drogas causantes de dependencia, aceptadas o no por la sociedad, sin hacerse dependientes de ellas.

Es necesario, pues, un esfuerzo de educación sistemático y bien llevado, a cargo de personas que sepan comunicar con los jóvenes para lograr los efectos deseados. 

Creo que es urgente considerar que el consumo de drogas es un fenómeno que se inicia  sobre todo con la quiebra, el deterioro de la  institución familiar y por supuesto, con las veleidades  de una sociedad que no da trabajo a su juventud  ni  posibilidades de otras evasiones más sanas.

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