Juro que morí por dentro aquella noche

Chimbote en Línea (Por: Víctor Pasco) Los fantasmas se han levantado de su extenso letargo. Echado en la cama los veo uno a uno pararse en la puerta y luego entrar. Se hacen espacio y forman una fila, una fila demasiado larga. Cada uno lleva un traje especial, una marca, eso que yo hice en ellos para que ahora vuelvan a por mí.

Sucumbo, cierro los ojos y pienso que esto no está sucediendo. Y al abrir los ojos, ya no están. Todos se han dispersado. Excepto uno… excepto uno…

Es tu fantasma lo que pone mal. El resto son excusas, el resto son meros intentos de maquillar la realidad. Todo es pura mierda cuando tú no estás. Aunque no hayas estado aquí desde hace tres años. Los tres años más largos de mi vida. Y ahora, los días más terribles: las inacabables horas en medio de la nada.

Quizá abril sea el mes más largo y más horrendo que haya. No es verano ni invierno. Es un largo trance que nunca acaba. Es como estar en el purgatorio pagando alguna de nuestras tantas condenas.

Tus ojos emergen de la oscuridad que ahora ocupa mi mente. Todos mis recuerdos han sido borrados y reemplazados por largos minutos de ruido y confusión. No sé si lo que viví hace un par de días fue real o solo lo soñé.

Y ahí estás de nuevo, como cuando te encontré por primera vez, cuando creíamos que éramos indestructibles y ahora hoy… solo somos un recuerdo de algo que pudo ser, una promesa que se quedó postergada en el aire hasta que otras personas la tomen y la hagan suya.

Si te dijera que recuerdo cada detalle de aquellos días, ¿me creerías? Si te dijera que no he dejado de sentir esas cosas, ¿me tomarías en serio?

Pero, ya no sirve de nada este monólogo… tú estás en un lugar mejor, en brazos que te darán calor las noches en las que yo ya no estaré ahí, contigo, hablando de un futuro que se rompió en mil pedazos incrustados en mis manos.

Es mejor volver a dormir. Dormir, dormir, dormir, dormir, dormir… una navaja para el viaje y quizá despierte en un lugar mejor… un par de alas para la mariposa que acaba de nacer… un calendario para los días de mierda y un abrigo para la luna que está perdida desde aquella noche de marzo: No más palabras para el poeta.

 

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