El enfoque pastoral en la labor del Instituto Superior Pedagógico de Chimbote

Chimbote en Línea (Columnistas - Por: Padre Matías Siebenaller) 1. En la “partida de nacimiento” del Instituto de Educación Superior Pedagógico Público de Chimbote se rubrica el convenio entre el Ministerio de Educación del Perú y la Diócesis de Chimbote. Este vínculo con la Iglesia y su misión se mantiene y se cultiva. Se renueva cada cinco años y acarrea fidelidades mutuas. La larga presencia de educadoras de la Institución Teresiana ha dejado huellas fecundas en la historia del IESPPCh. La memoria viva de San Pedro Poveda, especialmente en “tiempos difíciles”, compromete a encontrar en el seguimiento de Cristo inspiración para una educación de calidad.

2. Todos los actores de la comunidad pedagogiana, estudiantes, docentes y administrativos, llevan grabadas en sus corazones las tres claves de la filosofía del IESPPCh:

a. Entender la educación como tarea humanizadora significa contraponerla a muchos comportamientos individuales y colectivos que, ayer y hoy, deshumanizan y oscurecen el futuro de un pueblo. La educación humanizadora pone la grandeza y la unicidad de cada persona en el centro de su quehacer. Así educadores y educandos se hacen promotores de una cultura de vida para todos. En Jesús de Nazareth, en su estilo de vida y en su programa evangelizador, el esfuerzo educativo humanizante encuentra asidero y luz.

b. Ejercer la educación como vocación de servicio y solidaridad significa entroncarla con las políticas más urgentes del país. El aprendizaje comunitario contradice viejas prácticas de marginación e inicia en la vivencia de una sociedad inclusiva. La preparación para la vida, la carrera profesional y el éxito personal se socializan y alumbran alegría profunda porque brota de la entrega por el bien de los demás. Aquí se practica lo señalado por Jesús: “Si uno quiere ser el primero, hágase el último de todos y servidor de todos” (Mc 9, 35). El que ama egoístamente su vida, la perderá y el que gasta su vida al servicio de los demás, la encontrará (cf Jn 12, 25).

c. Concebir la educación como proceso en continuo cambio implica colocarla en el corazón de una sociedad que acusa, sobre todo en nuestros tiempos, nuevas maneras de ser y de entenderse a sí misma. La educación, atenta a los cambios en la sociedad, desafía a educadores y educandos a no instalarse en moldes de educación del pasado y a entablar un diálogo fecundo con la contemporaneidad. Aquí también reconozcamos la voz del Señor que nos pide renovarnos continuamente (cf Jn 3, 3), convertirnos a las exigencias del Reino (cf Mc 1, 15) y a reconocer los signos de los tiempos (cf Mt 16, 1-4).

En el IESPPCh una convicción de fondo nos une y recuerda: el esfuerzo por cumplir con las tres claves de nuestra filosofía educativa nos mantiene en comunión con Cristo y nos hace portadores de su Buena Nueva.

3. El equipo pastoral del IESPPCh es el órgano ejecutivo de las iniciativas pastorales. En su sesión semanal ve cómo hacer presente el anuncio de la Buena Nueva en momentos, días y eventos significativos a lo largo del año académico. Las jornadas espirituales por cada semestre académico revisten singular importancia:

- Convocan a todos los estamentos del Pedagógico para meditar “en familia” un mensaje relevante para todos los habitantes de la casa.

- Profundizan preferentemente un tema que se desprende de la filosofía que exprese el alma del Instituto o acogen sugerencias que nos vienen de la temática del año pastoral de la Diócesis.

- Activan una metodología que incluye exposiciones, testimonios, trabajo grupal y cantos relacionados con el tema.

- Estas jornadas constituyen una fecunda y alegre experiencia de la comunidad pedagogiana que en el Evangelio de Cristo encuentra el horizonte para perseguir sus inquietudes humanas y religiosas.

4. El enfoque pastoral en el Instituto de Educación Superior Pedagógico Público Chimbote quiere contribuir a que todos los actores de la comunidad pedagogiana conciban la educación como el medio privilegiado para ayudar a otros a ser personas y personas mejores en nuestro hoy. En este afán educadores y educandos se confunden con la misma intencionalidad de nuestro Dios: “He venido para que tengan vida y vida en abundancia” (Jn 10, 10). La vocación docente reclama más que currícula y métodos, porque formar a un ser humano solo es posible desde la libertad ofrendada para que el otro se haga más libre.

Finalmente se es educador cristiano en la medida que se es consciente de la propia identidad cristiana. El educador cristiano y la educadora cristiana no profesan su fe por llevar un discurso religioso, sino por evidenciar en su manera de ser y de actuar que conocen, aman y siguen al Maestro Jesucristo. (Revista Pedagogiana 2013)

 

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