"Solo una cosa es necesaria"

(Por: P. Segundo Díaz Flores) Escuchar a Jesús en lo más importante, lo único necesario. Solo escucha el que está atento, las cosas del mundo, también las buenas, nos pueden distraer. El activismo sin escucha podría ser infructuoso.
 
Para amar se necita servir, nadie, que no sirva, puede amar. Solo ama el que sirve. Pero para servir bien es necesario escuchar atentamente a quien se desea servir, a quien se desea amar. La escucha solo se da en el encuentro. Encontrarse con el otro propicia la comunicación, y para que haya comunicación es fundamental la escucha.  El encuentro, por tanto propicia la escucha y la contemplación.
 
El rumor, el desorden, el bullicio, afectan la escucha, solo se puede escuchar con nitidez en la soledad y en el silencio. Sin silencio y sin soledad interio y exterior, es imposible la escucha y la contemplación. 
 
Servir a Jesús como Marta, es tener la actitud de servicio y hospitalidad que practicó Abraham, lo cual le valió el favor de Dios, el don del hijo de la promesa, de Isaac.Pero es Dios quien tiene la iniciativa en el servicio y el encuentro con cada uno de nosostros. Dios constantemen nos busca para la escucha de su Palabra y nos ofrece su casa.
 
Esto se constata en el Salmo  de la liturgia de este domingo, hemos preguntado: ¿Quién puede hospedarse en tu casa Señor?. Para estar en la casa del Padre, es necesario la escucha y práctica de su Palabra. Así, el Apóstol Pablo se alegra de sufrir por ser ministro de la predicación del Evangelio, es decir de haber hecho escuchar el Evangelio de Jesucristo, para estar en la casa del Padre.
 
La actitud de María, la hermana de Marta, es la actitud propia del discípulo, es decir de estar atento a la Palabra del Maestro. María no está nerviosa ni inquieta como su hermana, porque ha sabido dar prioridad a la ESCUCHA de la Palabra.
 
Ella está cumpliendo el primer mandamiento de la Ley de Dios, que dice: Shemá -escucha Israel... amarás al Señor tu Dios sobre todas las cosas... primero se nos manda escuchar y luego amar. Quizá por ello, muchos de nosotros los cristianos, especialmente los católicos, nos hemos olvidado de escuchar a Dios  y por tanto no amamos o poco amamos a Dios y al prójimo.
 
Jesús nos invita a elegir lo mejor, igual que María la hermana de Marta: escucharle a él, escuchar su palabra, para luego estar en  paz y poder amar en el servicio al prójimo. Nadie da lo que no tiene, reza el refrán popular, no podemos amar sino escuchamos, no podemos servir sino amamos. La escucha es fundamental en la vida cristiana.
 
Dejemos ya el bullicio del mundo, el ruido político, el alboroto social, la corrupción en las estructuras públicas y privadas de las instituciones sociales, para poder escuchar la voz de Dios, que no deja de hablar en lo más profundo de nuestro corazón, de nuestra conciencia y que domingo a domingo nos invita a la Misa, a la Eucaristía para llenarnos de la Escucha de su Palabra y del Encuentro cristiano más intimo en la comunión del Cuerpo y Sangre de Cristo.
 
María, la Madre del Señor, la primera discípula de Jesús, que oyó, que escuchó, sus primeras palabras, nos ayude a  estar atentos a cada palabra que sale de la boca de Dios, de su Hijo, para nuestro alimento vital.
 
Que tengan un feliz domingo. Recen por los presbíteros y diáconos de la Diócesis de Chimbote que en estos días estaremos de retiro espiritual.
 
 

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