(Por: Jesús Raymundo) Su mensaje ha iluminado los vacíos del mundo afroperuano. Sus investigaciones han concluido que los orígenes de la música criolla no solo se encuentran en las fuentes europeas, sino también en las africanas. Además, Nicomedes Santa Cruz (1925-1992) se ha entregado a reconstruir con pasión las tradiciones olvidadas de los negros en el Perú. El legado de Nicomedes Santa Cruz vive en la música afroperuana y sus ideas sobre la cultura.
Aunque a Nicomedes Santa Cruz se le conoce por sus décimas, que cada vez se recitan menos, su legado vive en la música afroperuana y sus ideas sobre la cultura. Los géneros como el landó y el festejo, por cuya revitalización trabajó arduamente, forman parte de las presentaciones públicas. Su compromiso por relucir la dignidad y el orgullo de los negros peruanos no ha perdido su energía y hoy se escucha en voz alta y se baila con frenesí.
Teatro negro
Inspirado en la propuesta de la Compañía Katherine Dunham, que en 1951 presentó un espectáculo de bailes de raíces negras en el Teatro Municipal, Nicomedes Santa Cruz fundó en 1958 el grupo de teatro Cumanana. Incluyó a los exintegrantes de la compañía Pancho Fierro de José Durand, a la que también había pertenecido en 1957. Su hermana Victoria se encargó desde 1959 de la coreografía, las composiciones musicales y la dirección artística.
Las producciones se presentaron en 1960 y 1961 en los locales más prestigiosos de Lima. Las obras, ambientadas en tiempos de esclavitud, solían poner en escena con cierto sarcasmo temas como el racismo y la desigualdad. Heidi Feldman, autora de Ritmos negros del Perú: reconstruyendo la herencia musical africana, afirma que el resultado fue una escenificación sin precedentes de la negritud que mostraba la diferencia racial y el orgullo negro.
Cumanana no solo le permitió difundir sus décimas, sino también contribuyó a divulgar sus investigaciones sobre la música y los bailes negros. Uno de los géneros que formaban parte del repertorio era el festejo, que a mediados del siglo XX aún amenizaba las reuniones familiares que se organizaban en la capital. Según Nicomedes Santa Cruz las primeras interpretaciones en Lima correspondían a los negros esclavos de origen congolés en el siglo XVII.
A pesar de que la mayoría de las letras se inspiraban en la difícil situación que vivían los esclavos, la música y el baile del festejo eran festivos, como hasta hoy. En la primera producción teatral de Cumanana, titulada Zanahary, incluyó un festejo que había recopilado y rescatado: “No me cumbén”. La letra de la canción, que alude de manera provocativa sobre la raza y el matrimonio, formaba parte de un juego que los niños practicaban en las primeras décadas del siglo pasado.
Además de sus décimas, Nicomedes Santa Cruz difundió sus investigaciones sobre la música y las danzas negras.