Las travesuras de Nadine

(Por: Hugo Grández) Le dijeron a Nadine que su protagonismo en estos cinco años no debería exceder a su sonrisa permanente para las cámaras y ya; le advirtieron que no sea traviesa porque cada metida de pata sería capitalizada como  un error político, una baja en las encuestas, el camino a la impopularidad de su esposo-presidente. Le dijeron, se lo advirtieron, se lo reiteraron, pero no pues, ella no para de hacer exactamente todo lo contrario.

nadineNadine Heredia Alarcón, ayacuchana de 36 años, y madre de tres niños; si hasta parecen características de las ciudadanas más maltratadas en el país: mujer, joven, madre y provinciana. Y encima, casada con quien ahora ocupa la primera magistratura, lo que –por supuesto- debería destinarla a un lustro de protagonismo unicamente anclado a las costillas de Ollanta. Más arriba, ni en sus sueños.

Le dijeron a que no se atreva a ser protagónica en los cinco años de gobierno del padre de sus hijos, pero a ella le llegó altamente.

Twittea y lo hace tan bien que sus mensajes, bien pensados y redactados, van derechito a los titulares de los medios; es infaltable en cantidad de eventos relacionados con las poblaciones vulnerables que si no fuera por su presencia, nadie sabría –a través de los medios de comunicación- las cosas que se hacen o se deben hacer por estas personas, tan peruanos como los que visita el Presidente en sus actividades oficiales; declara y es tan coherente que saca roncha cuando lo hace; y hasta chapa el avión presidencial para aprovechar una visita oficial.

Y? Cuál es el problema? Nadine, como cualquier ciudadano de este país, puede pensar, hacer y decir lo que su derecho le permita.

Y, si estoy algo informado, me parece que la señora Heredia ha realizado sus actividades sin hacer uso de recursos públicos. O twittear, declarar, aprovechar un asiento en un vuelo solicitado por una jefa de pliego, o asistir a una ceremonia por invitación ha implicado el uso del tesoro público? Me parece que no.

Por lo menos, hasta ahora no hay denuncias contra Nadine por el uso de movilidades oficiales de Palacio para una mudanza particular como sí lo hizo otra primera dama con el mobiliario de su ONG; tampoco, creo, ha costeado sus estudios de maestría en la Católica con plata del Estado, como sí lo hizo otrora joven primera dama de inicios de siglo.

Y a pesar de que sigue estando demostrado que ni un centímetro del protagonismo de Nadine no es el resultado directo del uso de un sol del fisco, se le sigue dando duro, intentando hilar escándalos donde los procedimientos de la gestión pública dicen que no los hay.

Personalmente, me parece genial el protagonismo de nuestra primera dama; tan genial como el de todas aquellas mujeres a quienes en los últimos años les llegó altamente estar postergadas de la cuestión pública, del no participar activamente de las actividades y decisiones que le dan forma al país; cientos, miles de mujeres de todo el país; humildes, líderes, profesionales, ejecutivas; mujeres de las organizaciones sociales, aquellas que han conquistado liderazgo a punta de chamba coherente y productiva; mujeres capaces que asumen responsabilidades como autoridades o funcionarias en los diferentes niveles de gobierno de este país.

Estoy absolutamente seguro que detrás de este maleteo político a Nadine y a tantas otras mujeres que se insertan en la accidentada geografía políticas del país, hay una insalubre y jurásica mentalidad machista, tradicional, obsoleta, absurda y enemiga del desarrollo.

Y es que, amigos y amigas, no hay Estados fuertes, no hay democracias modernas, no hay países políticamente sanos, sin la participación protagónica de las mujeres. Salud por ello.