¿Cuál sería – pensaron los comuneros en la histórica asamblea- la mejor manera de lograr que el gobierno central construya una pequeña represa para solucionar nuestro problema de agua?
El artista Fausto Jaulis no se hizo problemas y les donó el mamotreto que embarcaron en un gran camión que recorrió casi 600 kilómetros trepando los Andes para llegar a Pacaicasa.
La inauguración también fue una fiesta en la que participaron dirigentes de Cambio 90, el partido del gobierno, que entre trago y trago, prometieron que el presidente Fujimori quedaría tan impresionado por el homenaje que no tardarían en llegar los beneficios. Entonces los paicacasinos se sentaron a esperar presididos por su Alcalde, don Félix Morales Janampa, uno de los promotores.
En setiembre de 1996 los periodistas de Ayacucho recogieron la queja y el diario El Sol publicó “Monumento presidencial causa malestar”, añadiendo “Se quejan de que desde que se develó la obra el Presidente no visita no hace obras en Pacaicasa”.
Luego de la renuncia de Fujimori, su estatua se convirtió en motivo de vergüenza para Pacaicasa y decidieron derribarla y la sacaron del cerrito para ocultarla en algún lugar que no hiciera recordar el ingenuo oportunismo que llevó a la empobrecida comunidad a vislumbrar el favor de Fujimori quien no les dio las gracias, no fue nunca y tampoco les alivió en algo su miseria.
(Un dato final. Don Fausto Julis es también autor de la estatua de Chabuca Granda que está en el Parque de los Suspiros, en Barranco).